Editorial – El voluntariado, ¿una moda o una necesidad?
Indudablemente y viendo todo lo que sucede a nuestro alrededor cada día, tenemos que afirmar que es la segunda opción la elegida, una necesidad. Pero si alguien pensara que hablamos de una moda, tendríamos que decirle, que bienvenida sea la moda.
Leemos estos días un artículo en donde una famosa actriz española, enaltece los proyectos en los que se trabaja “por las personas, los animales y el medio ambiente”, es decir, por todo lo que necesita una ayuda del hombre. Por otra parte, nos enteramos que la Obra Social de un gran Banco fomenta el voluntariado entre sus trabajadores, lo cual nos complace, teniendo en cuenta el apoyo, también económico, y que supuestamente se estaría concediendo.
En nuestro sector, nos encontramos con el voluntariado de personas mayores siendo una de sus vertientes, el voluntariado cultural, un apartado desde el que trabajan las asociaciones sin ánimo de lucro, poniendo a disposición de ciertos colectivos, la experiencia de nuestros mayores, personas que una vez alcanzada la etapa de jubilación, deciden emplear el tiempo que les queda libre en su vida cotidiana, en favor de otras personas que desean seguir formándose culturalmente, poniendo freno a una inactividad cuyo fin sería la decadencia y el envejecimiento.
Con este tipo de voluntariado, no solo se consigue que las personas mayores se sigan insertando y sintiéndose útiles en la sociedad, sino que además, se pone en práctica la tan ansiada solidaridad intergeneracional, al hacer llegar la cultura a los más jóvenes a través de colegios e institutos que requieran sus servicios. De esta forma, se muestra a la joven generación que el ser participativo conlleva el sentirse útil, manteniendo ilusiones y metas por las que luchar que proporcionan el bienestar personal.
El voluntariado cultural en España, cuenta con miles de personas mayores que transmiten los conocimientos de arte, historia, ciencia, etc. Enseña catedrales, iglesias, palacios, castillos, o cascos históricos a grupos de estudiantes, jubilados, residencias de mayores, centros de día e incluso, a colectivos marginados.
La cultura y la educación es un derecho constitucional en España, por lo tanto, a las organizaciones que las procuran, hay que ayudarlas, apoyando de modo económico, sus proyectos, ya que el mantenimiento del esfuerzo altruista y la labor ejemplar de estos voluntarios, deben ser asumidos por los gobiernos, instituciones, empresas y la sociedad en general, como reconocimiento a su magnífica labor.
Desde estas líneas hacemos llegar a la Administración española la necesidad de apoyar y contribuir al mantenimiento de las diversas organizaciones de voluntarios culturales, al igual que se hace con otras organizaciones y ONG. Considerando que son iniciativas que dan la oportunidad de aprovechar el potencial de conocimientos y experiencias del sénior, llegaremos a ver una sociedad más solidaria, potenciando un envejecimiento independiente, activo, saludable y sostenible.
Junio 2019