Los hábitos saludables
La calidad de vida en las personas mayores se encuentra directamente relacionada con la asociación entre el bienestar psicológico, estado de salud percibida y hábitos saludables. Se denominan hábitos saludables a la capacidad para mantenerse en bajo riesgo de enfermar, con un alto nivel de actividad física y mental. Estos hábitos deben ir acompañados con el mantenimiento de relaciones interpersonales y la participación en actividades significativas, tanto sociales como profesionales. Cuidar las relaciones personales y sociales, involucrarse en el aprendizaje de nuevas habilidades de entretenimiento y/o formación, estar en un período de actividad, de realización personal, de rescatar antiguos proyectos de vida e iniciar otros, son hábitos que ayudan a un envejecimiento saludable. El paso del tiempo es inexorable, la vejez llega poco a poco, por eso es muy importante adaptarse al día a día, conocer las habilidades que pueden mejorar la calidad de vida y beneficiarse de ellas. Además de los buenos hábitos de ejercicio físico, alimentación adecuada o control médico, es necesario tener determinadas condiciones durante el curso de la vida como el acceso a la educación, al trabajo, al ocio y disponer de bienes culturales y materiales dignos para favorecer un envejecimiento saludable. Los hábitos saludables deben aplicarse a todas las actividades; expertos gerontólogos afirman e insisten en que el curso de la vida sexual coincide con el curso de la vida y, por lo tanto, el ejercicio sexual sólo finaliza con la muerte. Muchas de las pérdidas funcionales verificadas con el paso del tiempo pueden ser evitadas con hábitos saludables de comportamiento. Según un estudio publicado en el ‘British Medical Journal’ (BMJ) un estilo de vida saludable en la vejez puede agregar cinco años a las vidas de las mujeres, y seis años a la vida de los hombres.
Marzo de 2017