Jóvenes y personas mayores hacia otra identidad. Bases para un diálogo intergeneracional.

D. ENRIQUE POZÓN LOBATO.
Catedrático (jubilado)
Doctor en Ciencias de la Educación. Doctor en Derecho. Doctor en Ciencias de la Educación. Doctor en Veterinaria. Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes.
En unos versos escritos en 1914, de autor desconocido, titulado El Encuentro, se resalta la necesidad de un diálogo de los viejos con las generaciones nuevas, dispuestas, razonablemente, a desprenderse de lo viejo, colocando en su lugar lo nuevo.
“El viejo decía al joven: Yo te arrancaré los ojos/ y los colocaré en lugar de los míos y tu me arrancarás los ojos/ y los colocarás en el lugar de los tuyos/ y yo te veré con tus ojos/ y tu me verás con mis ojos/ y nos comprenderemos”.
Reflexiones sobre las relaciones entre generaciones
Es de interés hacer algunas reflexiones sobre el acercamiento entre generaciones para el logro de una sociedad para todas las edades, destacando que tales relaciones se dan espontáneamente en la vida cotidiana y que promoverlas de manera consciente exige responsabilidad, atención a su complejidad e implicaciones. El modo de relacionarse personas que pertenecen a distintas generaciones es básico para el buen funcionamiento de la sociedad. Cada generación, tiene cosas importantes que entregarle al otro, de manera que recíprocamente se nutran en este intercambio. Las relaciones intergeneracionales son el pilar de la existencia de un estado armónico de comprensión y aceptación de todas las etapas de la vida humana.
Cada generación es un mundo diferente
En la actualidad conviven simultáneamente personas que responden a épocas en donde cada una se ha desarrollado en otros procesos de socialización y cambios culturales. Podemos decir que hoy es mayor la distancia entre los jóvenes y las personas mayores, que la que antes existía entre un hombre del siglo XV y otro de siglo XVIII. El ser parte de una generación más joven conlleva el que no se compartan las memorias ni los recuerdos de las anteriores. Cada una de ellas pasa a ser un mundo diferente, distanciado psicológicamente. De ahí que la aparición de cada generación implique, también, un comienzo, una ruptura, un alejamiento. A finales de la década de 1960 los términos asociados a las relaciones entre generaciones eran “conflicto” y “ruptura”. La “juventud” se relacionaba con “renovación” y “vejez” con “tradición”. En la segunda década de siglo XXI se valoran como positivas las diferencias intergeneracionales, y se plantea la integración y la complementariedad entre ellas. Hoy en día se ha acentuado el cambio generacional, ya que los nacidos a finales de la década de los setenta y principio de la de los ochenta del siglo XX, han nacido con la era digital. La vida de los jóvenes se entiende a través de las nuevas tecnologías, y nada se concibe sin el ordenador y el móvil. Todo gira en torno a ellos. Sus aspectos de ocio y tiempo libre, e incluso su mundo emocional también se mueven gracias a las nuevas tecnologías, los chats, foros etc.
El diálogo intergeneracional se está perdiendo
En nuestra sociedad el dialogo intergeneracional es una costumbre que lamentablemente se esta perdiendo. Por ello el campo cultural de las personas mayores está en proceso de transformación debido a la incorporación de nuevos conceptos, derechos y deberes. Esto implica la aparición de nuevos conflictos, la construcción y modificación de prácticas sociales y por ende de nuevos sentidos sociales. En el marco de dialogo entre generaciones, es mayor lo que queda por hacer, que lo que se ha conseguido, siendo más las cosas que las separan que las que las unen, pero se nota en las personas mayores el interés por comprender las novedades. En este sentido están realizando más esfuerzo que los jóvenes, intentando ponerse al mismo nivel que ellos. La cuestión está en romper con las trincheras culturales y generacionales, y reconocer que hay que configurar el mundo a partir de las diferencias.
Avances en el acercamiento intergeneracional
Lo primero que hay que tener claro es, que no se trata de una imposición de criterios, sino de la voluntad de eliminar los roles y estereotipos con los que nos prejuzgamos unos a otros, los mayores a los jóvenes y los jóvenes a los mayores. Y para ello se ha de partir de una voluntad positiva de acercamiento, y de unos mismos valores éticos, evitando así posturas encontradas. Hay mucho que hacer todavía, en lo que se refiere al dialogo entre generaciones. En la actualidad, la construcción de la identidad de la persona mayor no sólo esta siendo moldeada por él mismo y sus organizaciones, sino también por los conceptos que de ellos tienen los jóvenes, aceptando y confirmando, las cualidades intactas, la experiencia y sabiduría del mayor. Es bueno para la sociedad abandonar la segregación por generaciones, ya que dificulta la integración social. Los adultos mayores son poco tolerantes y motivadores, decaen muy rápido; en cambio los jóvenes son más alegres, más efusivos y utilizan mejor su creatividad. Pero también es cierto que los jóvenes valoran mucho la experiencia, les ayuda a conocer mejor la historia, y estiman mucho que les cuenten las cosas buenas y las cosas malas de la vida. Ambos grupos consideran al otro como muy solidario, muy comprometidos con sus acciones. La educación es el medio para fomentar las relaciones intergeneracionales, ayudando a superar las actitudes estereotipadas, así como posturas discriminatorias. Se evitará así la segmentación por edades, potenciando la participación social de las distintas generaciones, con nuevo significado a los conceptos de “juventud” y “vejez”.