Reflexiones sobre la jubilación
Desde hace algún tiempo se viene hablando mucho del tema de la jubilación y por añadidura de las pensiones. De esto último no hablaré en parte por desconocimiento y por otra porque de alguna forma es como la goma que se estira y afloja en el tiempo y porque también es el tema recurrente en las campañas electorales, ¿hasta cuándo?
La palabra jubilación viene de júbilo, alegría, pero en este tránsito de la vida laboral a situación de jubilado, no todas las veces se manifiesta ese júbilo.
“En algún momento de la historia se concluyó que las personas mayores son pasivas, débiles, incapaces de producir y solo saben consumir. Esta idea no solo es falsa sino que resulta muy dañina tanto para la propia tercera edad como para la sociedad y la economía en general: Joseph F. Coughlin (MIT Technology Review)
En la década de 1910, la opinión generalizada era que la vejez se había convertido en un problema digno de acción a gran escala. Entre 1909 y 1915, EE.UU. lanzó su primer proyecto de ley sobre las pensiones. En medicina, el término “geriatría” fue acuñado en 1909; y en 1914, se publicó el primer libro de texto sobre esa especialidad. Quizás la mejor representación del contexto de la época fue una película de 1911 del importante (y notoriamente racista) cineasta D. W. Griffith, en la que contaba la historia de un viejo carpintero que cayó en desgracia tras perder su trabajo ante un hombre más joven. Su título era ¿Qué haremos con nuestros viejos?
Hace 200 años, nadie pensaba que “los ancianos” o “los viejos” fueran un problema. Eso cambió gracias a la confluencia de una ciencia ya desacreditada y la frenética estructuración institucional. En la primera mitad del siglo XIX, los médicos, especialmente en EE.UU. y Reino Unido creían que la vejez biológica se producía cuando el cuerpo perdía una sustancia conocida como “energía vital” que, igual que en una batería, se consumía a lo largo de toda la vida de actividad física y que nunca se recargaba. Cuando los pacientes empezaban a mostrar signos clave de la vejez (canas, menopausia), la única respuesta médicamente sólida consistía en reducir cualquier tipo de actividad. “Si la muerte era el resultado de un suministro de energía agotado, entonces el objetivo era retenerlo a toda costa”, escribió la historiadora Carole Haber en su libro de 1994 Old Age and the Search for Security. El sexo y el trabajo manual se consideraban especialmente agotadores.
En la década de 1860, las nociones de patologías modernas empezaron a reemplazar la energía vital en Europa continental, y finalmente llegaron a Estados Unidos y Reino Unido. Mientras, una serie de desarrollos sociales y económicos permitieron mantener en ámbar la concepción de la vejez como un período de descanso pasivo.
En una época dominada por trabajos cada vez más mecanizados, la eficiencia se convirtió en la nueva consigna. Para el cambio de siglo, los expertos empezaron a llevarla a cabo en sus oficinas y fábricas de todo el mundo pidiendo que se exprimiera al máximo la productividad de los trabajadores. En ese contexto, un trabajador mayor, con poca energía vital, era un blanco fácil. Cuando una empresa jubiló a sus trabajadores más mayores en 1909, el experto en eficiencia Harrington Emerson argumentó que se produjo “un desequilibrio de vida deseable futura”.
Las pensiones privadas, introducidas por primera vez por American Express en 1875 y que tuvieron un bum en las décadas siguientes, fueron una respuesta natural. En algunos casos, se emitían por genuina preocupación humanitaria por los empleados jubilados contra su voluntad, pero también porque daban a los gerentes la excusa moral que necesitaban para despedir a los trabajadores por jubilación.
Cuando la jubilación se convirtió en sinónimo de ocio, se asentó la idea completa que tenemos sobre la vejez en el siglo XX.
Figura 1.1.- Evolución de la población de 65 y más años, 1900-2066
En estos momentos en España nos encontramos en que el envejecimiento de la población es progresivo y esto se agrava con los índices de natalidad tan bajos.
En el proceso de jubilación a mi modo de entender intervienen los siguientes factores:
- salud,
- economía, y
- aspectos emocionales.
Si uno pone en un buscador en internet la palabra “jubilación”, al menos el 85% de la información que aparece se refiere al aspecto económico, siendo residual los otros dos.
En la mayoría de los casos poco se puede hacer, pues las rentas no permiten detraer una cantidad significativa para aportar a algún producto de ahorro, sin que esto pueda suponer una certeza de que los distintos avatares económicos no puedan mermar la cuantía acumulada, además de aspectos fiscales iniciales y los que puedan ir surgiendo en el tiempo. Por lo tanto la inmensa mayoría de nuestros ingresos será la pensión a la que tengamos derecho conforme a la normativa que existe. Con lo cual el tema económico no depende únicamente del trabajador.
El tema de la salud, tiene vital importancia en todas las etapas de la vida pero en la transición a la jubilación es vital el haber adquirido hábitos saludables que podamos continuar en la etapa de “pasivo”,
Desde mi punto de vista el más importante, y en el que más podemos incidir, es el aspecto emocional de cómo lleguemos a la etapa de jubilado. Hay que tener en cuenta el desconocimiento que tenemos de esa nueva etapa y de los retos personales que nos vamos a enfrentar.
- Pérdida de socialización.
- Desequilibrio en las relaciones familiares/personales.
- Disposición de mucho tiempo pero ¿ para qué?
Estos puntos más otros que nos irán surgiendo nos pueden enturbiar el “júbilo”, y estamos hablando de que las previsiones de vida después de la jubilación van de 20/25 años ( hombre /mujer ).
Para dar alternativa al aspecto emocional, una de las opciones es el voluntariado, la formación a través del Programa Universitario para Mayores que preconiza CAUMAS, etc. (Ver guía elaborada por el Foro LideA, www.forolidea.com “Diez campos de acción para el voluntariado y participación de las personas mayores en la sociedad” que está liderado por CEATE).
Para que la transición pueda ayudar al trabajador/a es necesaria la intervención de tres actores principales:.
- El/la trabajador@
- La empresa
- El Estado
- El trabajador, tratando de informarse de los retos que supone la nueva etapa en su vida y sondeando alternativas, opciones, etc. y como se menciona más arriba: “mucho tiempo, pero para qué “. Este proceso es personal e intransferible y debe ser uno mismo quien trate de ubicarse, pero sobre todo ser consciente de que hay que prepararse, o al menos sensibilizarse con la jubilación, para encontrar el mejor acomodo una vez jubilado.
- La empresa, parece obvio, tiene un compromiso con el trabajador que ha dado años a su actividad laboral. Alguna opción podría ser:
- Con suficiente antelación, el dar asesoramiento financiero para adaptar los futuros ingresos con los gastos, tomando las decisiones que en cada caso sean oportunas.
- Reconocimientos médicos para que en la nueva etapa se tenga un mejor conocimiento de su salud, y qué precauciones debe seguir.
- El potenciar la jubilación activa o generar vinculaciones para que el conocimiento no se escape de la empresa, sino que por fórmulas a desarrollar pudiera continuar la vinculación, obviamente, en otros términos pero aportando su conocimiento.
- El Estado en el campo normativo tiene un papel importantísimo legislando sobre nuevas figuras laborales y fiscales para que, en el caso de que así fuera, el trabajador pudiera continuar con su vida laboral, lógicamente dentro de un marco que no sancione. España es de los pocos países que no tiene un período de transición a la jubilación
Habría que dedicar un capítulo entero en lo que respecta a la jubilación de la mujer, pues por desgracia la discriminación por género llega hasta el final de la vida, pero con el sistema actual el tema no es de fácil solución y lo que parece evidente es que a la vista del sistema actual de pensiones es complicado corregirlo.
Si bien, si los fondos de la Seguridad social se destinaran únicamente al pago de pensiones contributivas el problema estaría bastante resuelto, y si el Estado devuelve las fondos que ha detraído por distintos conceptos de la Caja de pensiones. Algunos lo cifran en ciento tres mil millones de Euros (103.000.000.000), la “cara” de las pensiones quedaría bastante mejorada y posiblemente dejaría de ser un problema durante décadas.
De todas formas, la alternativa al actual sistema de pensiones será la Renta Universal (el candidato demócrata a las elecciones de EEUU en 2020, Andrew Yang, llevaba en su programa la R.U.), y aquí se podría eliminar la discriminación actual que se basa en la diferencia salarial que las mujeres vienen arrastrando tradicionalmente.
Como resumen demos importancia a los aspectos que van a incidir en nuestra etapa de jubilados: salud, economía y estado emocional.
¡Mucha suerte!
Pedro Pomares
Coordinador General Foro LideA
www.forolidea.com
e-mail: coordinadorgeneral@forolidea.com