El día prometía, el cielo estaba totalmente azul y el sol ya brillaba en lo alto, sin fuerza todavía para calentar. La primera etapa sin nieve, ni lluvia, pero un poco fresquita.
Llegamos a Vilalba, eran poco más de la nueve y media. Parada técnica, café, desayuno y a las diez y cuarto nos ponemos en marcha