Tuvimos mucha suerte, las nubes desaparecieron, el sol salió tímido y se unió a nosotros para acompañarnos durante todo el día como peregrino especial y como todos los que se acercan a nuestro grupo, al poco tiempo ya era uno más. Nos ayudó con sus rayos de sol, dándonos un poco de calor y permitiéndonos ver un hermoso paisaje.