“El encuentro intergeneracional, clave para una sociedad mejor”.
UNIVERSIDAD, INSTITUCIÓN SIN EDAD.
Al hacer un análisis de nuestra actual sociedad, se puede detectar una disminución de la población estudiantil joven frente al envejecimiento del resto de la población por lo que la carencia de estudiantes obligará a la Universidad a apostar por otros usuarios: por las personas mayores, cumpliendo de este modo, con la diversificación de objetivos.
El Consejo Económico y Social de Naciones Unidas dedicó, en febrero de 2009, un apartado específico a lo que llama “Cuestiones Intergeneracionales” en donde se dice: “Es fundamental promover interacciones entre las generaciones que permitan a estas compartir sus conocimientos y experiencias, y prestarse atención y apoyo recíproco”. De este modo, la educación deja de circunscribirse, simplemente, a los años de escolaridad, permitiéndose que cualquier edad sea buena para acceder al conocimiento y a la formación.
La llegada de las nuevas personas mayores a la Universidad viene definida dentro de tres conceptos: por la edad, una situación de prejubilación o de jubilación (momento deseado y temido por un buen número de personas y en donde se dispone de mucho tiempo libre), y de querer hacer cosas útiles para uno mismo y para los demás; y además, por los estudios previos, generalmente no universitarios.