Hablo de aquel estilo, que tenido en poco, o visto con absoluto menosprecio por los ultraclásicos del siglo XIX, comienza hoy a ser designado, no sin exactitud histórica y filosófica, con nombre de mudéjar mi empresa.
Hablo de aquel estilo, que tenido en poco, o visto con absoluto menosprecio por los ultraclásicos del siglo XIX, comienza hoy a ser designado, no sin exactitud histórica y filosófica, con nombre de mudéjar mi empresa.