
La fecha no pudo ser mejor escogida pues las previsiones meteorológicas eran excelentes, y, con una mochila llena de ilusión, subimos a los tres autobuses que, para celebrar el carnaval, nos llevarían a Lugo.
Salimos a las 10:30 horas y después de una hora y media de recorrido, llegamos a nuestro destino. Allí barajamos varias opciones. Era la hora de pasear y adentrarnos en la ciudad ya que teníamos dos horas para hacerlo. Un grupo bastante numeroso optamos por visitar la cárcel, por lo que decidimos entrar en el recinto y así satisfacer nuestra curiosidad.
Y, ¡no nos equivocamos! Fue una visita que incluso nos emocionó. Nos sorprendió no solo por su arquitectura sino por su historia ya que está relacionada con la represión del franquismo. En el edificio había un total de 54 celdas ambientadas en la época y situadas alrededor de un gran patio. Esta cárcel se mantuvo en uso hasta el año 1981.
Especialmente emotivo fue leer alguna carta allí expuesta de presos despidiéndose de su familia ante su inminente ejecución.
Al salir de allí, hicimos un agradable paseo por la muralla y algunas fotos delante de la Catedral, pero enseguida el tiempo ya apremiaba por lo que debíamos regresar al punto de encuentro. A las dos de la tarde el bus nos recogió para llevarnos al Restaurante Torre de Núñez en el que estaba programada la comida.
Allí nos esperaban 49 alumnos de la Universidad Sénior de Lugo que, habían trabajado en la organización del evento. Antes de nada, queremos felicitarlos porque, el éxito de su trabajo fue la consecuencia de algo bien planificado.
Ni que decir tiene que, como manda la tradición en el carnaval gallego, hubo un gran protagonista: el cerdo. Aquí está bien mencionar el refrán: “Del cerdo, hasta los andares”. Toda una delicia para nuestros paladares.
Sobre las cuatro de la tarde, llegó el momento del postre en el que las costumbres se relajan y uno puede reírse de todo. Estábamos deseando lucir nuestros disfraces y
disfrutar de la fiesta. Fue entonces como por arte de magia aparecieron las marchosas hawaianas que, con una coreografía sugerente y divertida, y amenizada por el dúo musical Areal, tuvieron un merecido primer premio. Luego aparecieron los Piratas del Caribe, un grupo que nos deleitaron cantando La reina de los mares. Obtuvieron un honroso segundo puesto.
En el concurso por parejas también hubo premios. El primero para las llamadas “Vitruvias” y el segundo para Betty y Wilma Picapiedra. Todas ellas bailaron al ritmo de Carnaval, Carnaval.
También hubo disfraces individuales. Obtuvieron premios por esta modalidad las dos presentadas, el primero Nedy de Lugo y el segundo la versión cíngara.
¡¡¡Felicidades a todos los premiados!!!
A continuación del concurso de disfraces empezó el baile en el que todos disfrutamos y participamos a tope.
Pero todo se acaba y, sobre las ocho de la tarde, llegaron las despedidas. Era el momento de regresar a casa.
Salimos del comedor bailando al ritmo de una canción de los años 70.
De regreso en el bus aún teníamos fuerzas para cantar. Llegamos sobre las 9 a Coruña muy cansados, pero muy contentos y satisfechos por todo lo vivido durante el día.
Gracias, Mirtha, Adela por la ilusión y el empeño con el que programáis los eventos y al resto de la junta directiva de Adayeus porque todos contribuyeron a que nuestros socios pasaran una tarde agradable.
¡¡¡Nos vemos pronto!!!
Fdo. Loli Domínguez