
Curiosamente un italiano y un inglés, rigen los destinos de estas entidades. Ambos de trato cordial, saben escuchar y son hombres de acción. Siempre pensando como innovar y haciéndolo. Ampliando la oferta académica, cultural y lúdica a la vez que luchan día a día para conseguir mejoras en la gestión. Aúnan veteranía con el entusiasmo del recién llegado. Estos son nuestros “héroes” en Comillas y en ellos confiamos.
A pesar de sus títulos académicos, de la jerarquía de su puesto de director, Ángelo nos permite el tuteo y su puerta siempre está abierta para comentar con él una idea, queja, o simplemente por el placer de saludarle.
Las alumnas le encontraban al conocerlo un hombre atractivo, y todos sin excepción le siguen viendo una persona educada, amable y entregado a su trabajo.
¿Cómo un italiano llegó a la Universidad de Mayores Comillas?
Es una larga historia… Todavía no había cumplido treinta años y llevaba en Comillas un par de cursos. La idea de la Universidad de Mayores me pareció enseguida un acierto y me ofrecí sin pensarlo para impartir un curso de Historia de la Música, considerando que la materia podría gustar. La Universidad me vio tan entusiasmado que me propuso muy pronto ser coordinador. Acepté encantado. La verdad es que me engañaron un poco: me dijeron que el puesto no implicaría muchas horas de trabajo… Me di cuenta rápidamente que era justo lo contrario, pero ¡no me arrepiento!
Cuéntanos la creación de UDMA
La idea nació a finales de los años 90, en el ámbito de la política de “educación a lo largo de la vida”. El auténtico padre del proyecto fue el entonces Vicerrector, Prof. Dr. D. José López Franco, junto con el primer equipo, formado por el Prof. Dr. D. Jorge Torres Lucas, Director, y el Prof. D. Juan Núñez, Coordinador. A los pocos meses, entramos en juego el nuevo Director, Prof. Dr. D. Alfonso Ángel Cuadrón de Mingo, y el abajo firmante. Alfonso fue para mí una especie de hermano mayor: me enseñó mucho, como también me enseño mucho la siguiente Directora, Profª Dra. Dª Isabel Romero Tabares, actual Tutora de alumnos.
Todos juntos, pasito a pasito, creamos el plan de estudios actual, pasado de una oferta inicial de dos cursos un poco abigarrados, pero extremadamente vitales, a la actual propuesta de cinco cursos organizados de manera mucho más académica, aunque, ciertamente, no menos viva y dinámica.
¿Y eres director desde …
Si no me equivoco, desde hace siete años. El “no me equivoco” parece un chiste, pero refleja la realidad de trabajo de la Universidad de Mayores, desde siempre, en nuestro pequeño equipo, no hay jerarquía en el sentido corriente, porque todos aportamos nuestros granitos de arena con toda la buena voluntad de la que somos capaces
UDMA-Comillas ha llegado a la mayoría de edad. En estos años ha habido grandes cambios, como la edad de incorporación.
En efecto, de los setenta y cuatro alumnos iniciales, cuya edad media debía rondar los ochenta años, hemos pasado a tener hoy más de doscientos, entre los alumnos de curso completo y los que se matriculan únicamente en los Seminarios abiertos, con una edad media que no estoy seguro de que llegue e los setenta…
También el perfil de titulación ha cambiado: actualmente, son cada vez más numerosos los licenciados y doctores, así como los alumnos todavía activos a nivel laboral.
También en el número de profesores que imparten clase.
Ciertamente: en 1999 podían contarse en los dedos de dos manos, mientras que hoy en día son casi cuarenta. La creación del cuerpo de profesores ha sido otra labor lenta y difícil. Podemos decir, sin sombra de duda, que el actual plantel docente es una realidad magnífica y en constante proceso de mejora. Quienquiera que haya impartido clase en una Universidad de Mayores sabe lo difícil que es hacerlo: el público es exigente y, en muchos casos, extremadamente preparado.
¿Y los alumnos, que evolución han experimentado en el tiempo transcurrido?
Como he dicho, nuestro alumnado es cada vez más joven, más propositivo, exigente, preparado. El reto docente es por tanto más complejo, pero, por esta misma razón, cada vez más apasionante. El alumno de la Universidad de Comillas sabe que, desde la Universidad, intentamos ofrecerle lo mejor. No siempre lo conseguimos, somos conscientes de ello, pero en la vida lo fundamental es la voluntad de mejorar, que, en el caso de la Universidad de Mayores, es una constante innegable.
La oferta cultural “estrella” especialmente para los antiguos alumnos son los Seminarios, que cada año es mayor.
Los Seminarios nacieron con el objetivo de permitir a los profesores y a los alumnos profundizar en argumentos que, debido a la inevitable limitación de tiempo impuesta por el calendario académico, quedaban poco desarrollados en las asignaturas. Poco a poco, a ésta, se ha añadido la idea de ofrecer Seminarios que respondieran a inquietudes dictadas por la actualidad o que permitieran explorar ámbitos diferentes. Así ha nacido la oferta de Seminarios “itinerantes”, impartidos fuera de la sede de Alberto Aguilera, y también la oferta de Seminarios organizados con otras instituciones, como el que se ofreció en el curso pasado, coordinado por la Profª Dª Carmen García Calatayud, Directora del Servicio de Cartografía de la Biblioteca Nacional. Para el año que viene tenemos muchas novedades, que ya pueden consultarse en nuestra WEB.
Estos Seminarios vienen a completar las asignaturas troncales, pero igualmente a dar una visión abierta y realista del mundo que vivimos, tratando temas de rabiosa actualidad.
Exacto. Por poner sólo un ejemplo, para el año que viene tenemos previstos dos Seminarios breves absolutamente inéditos: uno sobre el funcionamiento de la Bolsa, que tantos quebraderos de cabeza nos da en la vida diaria, y otro sobre el fenómeno del Big Data, que, si todo sigue como parece, va a condicionar nuestra vida en cada segundo…
¿Cómo se encara el curso que pronto comenzará?
Como siempre: con entusiasmo, alegría, optimismo, ganas de colaboración con el alumnado y su magnífica Asociación AUDEMAC. Seguro que será un curso inolvidable!
Una universidad privada no tiene subvención y esto repercute en el precio de la matrícula. Estamos integrados en la vida académica: conferencias, biblioteca, cine, gimnasio, actividades etc. Pero no tenemos representación en el Consejo donde sí están los delegados de las otras Facultades y Escuelas. No nos parece justo.
Esto es un tema realmente delicado. En general, no sólo en Comillas, la “academia” no acaba de comprender cuál es el valor real de las Universidades de Mayores. Todavía prevalece una visión “geriátrica”, tal vez debida a sus orígenes, en los cuales fue muy fuerte la presencia del Ministerio de Sanidad y, en Madrid, del Imserso. Cuando, al fin, todos se enteren de que nuestros alumnos no son sólo “mayores”, sino, sobre todos, “estudiantes”, y estudiantes de primera, entonces será posible reclamar una mayor presencia de los mismos en los órganos de representación. Creo que, poco a poco, vamos abriendo camino. A ver si este año podemos poner en marcha una idea antigua: hablar con los Decanatos de las diferentes Facultades y crear un grupo pequeño (pequeñísimo, diría yo, para empezar…) de alumnos mayores que, en virtud de su reconocido pasado profesional, puedan proponerse como tutores, asesores o como se quisieran llamar, de los jóvenes que estudian carreras como Derecho o Empresariales…
Hablemos del futuro. ¿Cuál es la evolución que te gustaría para el Departamento que diriges en Comillas?
Lo he dicho muchas veces: que se quitara del nombre la palabra “mayores” y que naciera un centro de estudios abierto a todos, “mayores” y “jóvenes”, un centro libre de las trabas académicas, de los exámenes y de las notas, un centro en el cual las inteligencias de todos pudieran entrar en contacto, confrontarse, pelearse si necesario, para construir juntas un presente mejor.
Tal como se escribe su nombre, Bruce, así le llamamos. Y lo permite sin corregirnos. En su actitud con los compañeros nunca hay una palabra, un gesto que indique contrariedad, cualquiera que sea la situación. Se ha tomado el puesto para el que fue elegido como una misión. O un trabajo con nula remuneración. Asombra su entrega y capacidad continua de renovar. De estar alerta. Siempre tomando notas de ideas que se le ocurren o escucha, por si son válidas en el futuro. Cerca de todos siempre. El día que decida dejar Comillas nos sentiremos huérfanos. Esperemos que sea dentro de mucho, mucho tiempo.
Bruce hablas y escribes perfectamente nuestro idioma ¿cómo es posible?
Una larga historia que empezó hace años en un colegio interno en la Inglaterra Profunda, gracias a la inspiración de un profesor de idiomas. En 1965 me escapé con un compañero y una beca de £40 (¡una fortuna en aquellos tiempos!) y recorrimos España durante más de un mes desde Vigo vía Cádiz-Ronda-Granada a Barcelona y la Costa Brava. ¡Una experiencia inolvidable!
Luego estudié Lenguas Modernas en la Universidad de Southampton; fui profesor durante un año en la Universidad de Zaragoza; me casé con una aragonesa; vivimos 5 años en Madrid en los emocionantes ’70, antes de que mi carrera y la suya nos llevaran por toda Europa. Pero siempre ha habido una constante en todos estos años; un pequeño pueblo de unos 100 habitantes, Belmonte de San José en la provincia de Teruel, de donde eran mis suegros y que nuestros dos hijos internacionales todavía llaman ‘mi pueblo’.
¿Llegaste a Comillas desde dónde y por qué?
En 2012 el Ministerio de Asuntos Exteriores destinó a la aragonesa a Madrid después de 5 años como Canciller del Consulado General de España en Burdeos y yo la volví a seguir. Me encontré en un Madrid que no había visto desde 1977 y me sentí totalmente desorientado y desamparado.
Un antiguo amigo diplomático danés que habíamos conocido en Copenhague, Christian d’Auchamp me invitó un día a comer en ICADE donde habían estudiado todos mis amigos en los años ’70. Él me habló con entusiasmo de sus experiencias en la Universidad de Mayores y me lo vendió en el acto. Me apunté y me salvó la vida….
Como Delegado de curso entras a formar parte de la Junta directiva de AUDEMAC-Comillas. Dinos cómo surgió la Asociación
AUDEMAC se fundó en 2004 con un grupo de verdaderos entusiastas, la mayoría de los cuales están todavía involucrados en la Asociación como consejeros. Yo entré 10 años más tarde, como delegado de curso en mi segundo año, cuando estaba atravesando AUDEMAC una crisis profunda perdiendo confianza y socios. Formé parte de un grupo que estaba empeñado en salvar un colectivo que pensamos que sí que valía la pena.
En el trascurso del tiempo hemos tenido buenos y no tan buenos presidentes. ¿Cuáles han sido tus aportaciones?
Lo de ‘presidente’ es lo de menos. Es un equipo que dirige la Asociación y hemos conseguido crear uno que sabe innovar, actuar y tomar decisiones. Yo soy un simple coordinador que cree ciegamente en la comunicación; entre los mismos miembros de la junta directiva y sobre todo entre la junta con los socios. Nadie puede decir que no sabe lo que hacemos, ya que durante el curso enviamos noticias casi todos los días. Nuestras aportaciones: dinamizar la Asociación; reincorporar a muchos antiguos alumnos e involucrarles a través de un Consejo informal de Antiguos Alumnos; pasar de 270 a 415 socios en 3 años… ¡la lista es larga porque hemos trabajado mucho!
¿Sabes delegar, crear grupos de trabajo?
Si no lo supiera, no habría resistido estos casi 4 años al frente de tan dinámica asociación. Cada tema que trata la Asociación tiene su grupo de trabajo encabezado por un miembro de la Junta que busca apoyo entre socios entusiastas que quieren aportar algo a la Asociación.
¿Qué actividades tienen mejor respuesta?
Hemos montado un extenso programa de actividades tradicionales; de visitas, conciertos, teatro, eventos, viajes… y gestionamos unas 2500 plazas el año pasado. Hemos tenido la suerte de que hasta ahora todas las actividades se llenan, especialmente las visitas y viajes que organizamos con profesores de la nuestra Universidad.
Además del senderismo, hemos creado y animado 5 nuevos clubs-grupos especiales: el coro Acordes Mayores; “Entre Comillas”, nuestro grupo de teatro; el club de Golf; un grupo de Voluntariado y las Tertulias Literarias. Y cada uno tiene su programa completo de actividades.
Para poder apreciar todo lo que se hace hemos editado una Mini-Guía De A a Z para interpretar Comillas tanto para los nuevos como los antiguos alumnos que se encuentra en nuestra página web: http://audemac.org/miniguia/
Tú normalmente hablas en futuro. Haremos esto, aquello, y lo consigues. ¿Qué objetivo se te resiste?
El ‘voluntariado’ se nos estaba resistiendo, pero ya vamos avanzando. Sabemos que muchos de nuestros socios son voluntarios individuales en diferentes ONGs.
En vez de lo fácil: publicar una lista de organizaciones que buscan gente, querríamos tener nuestros propios proyectos en que podrían participar los socios en pequeños grupos como otra actividad social de la Asociación. Empezamos en octubre con un proyecto de apoyo escolar en una parroquia de un barrio desfavorecido de Madrid.
El objetivo que aun no hemos conseguido es crear un proyecto intergeneracional dentro de la Universidad. Estamos aprendiendo de otras Asociaciones que es uno de los valores fundamentales de CAUMAS; lo de intercambiar ideas y buenas prácticas. Como dice en el Libro Blanco de CAUMAS, lo intergeneracional universitario es una absoluta prioridad para todos nosotros.
Dentro de Comillas Universidad Pontificia, ¿estamos los Mayores en el lugar que nos corresponde?
Reconozco el gran apoyo que recibimos a diario de la Universidad de Mayores y de nuestro director dentro de las posibilidades que impone Comillas, pero la contestación es definitivamente ‘NO’. Aunque en menos de 30 años la mitad de la población de España va a estar jubilada, no se está pensando en ello y sus implicaciones para temas tan altamente sociales como la educación permanente y una universidad que necesariamente va a tener que convertirse en intergeneracional.
A nosotros los jóvenes ‘mayores’ nos tienen muy poco en cuenta. Desde pequeños detalles como el hecho que llevamos más de un año como una asociación virtual sin un espacio fijo en la universidad hasta temas realmente importantes como la falta de la más mínima representación en nuestra Universidad.
Las autoridades universitarias no se dan cuenta de la experiencia y el talento que tienen sus ‘mayores’ y no hacen ningún esfuerzo para integrarlos en la universidad joven.
¿Y en la sociedad?, crees que aparte de cómo consumidores o votantes, se nos valora, entiende…
Es un tema que tiene mucha tela, pero creo sinceramente que se nos está haciendo más caso. La economía ‘plateada’ es cada día más importante y es una seria palanca para que se nos escuche y se nos valore. Es el mismo desafío que tenemos en microcosmo en la universidad de hacernos más visibles y más ‘útiles’ para la comunidad universitaria. Pero una cosa está clara este respeto lo tenemos que ganar demostrando lo que valemos. No podemos sentarnos con los brazos cruzados y por eso necesitamos involucrarnos en estos proyectos intergeneracionales.
¿Las asociaciones, aquello de “la unión hace la fuerza” te parece un camino adecuado para conseguir objetivos?
Es fundamental, no sólo para ‘hacer la fuerza’, sino también para compartir ideas y buenas prácticas. Por eso fuimos instrumentales en resucitar ese Grupo Madrid de 7 universidades que a lo mejor se reconvierte en la federación que existía antes. De uno de estos intercambios madrileños nos ha salido un informático genial que nos hace la página web y también un seguro especial para asociaciones. Siempre se puede aprender la una de la otra.
Yo soy muy práctico y quiero ver siempre resultados concretos. Por supuesto lo académico es importante pero también lo es lo lúdico. El Encuentro de Coros a nivel nacional está teniendo un gran éxito y nos gustaría que también se montase un festival anual de teatro.
Sueña despierto y dibuja a grandes rasgos como te gustaría que fuese, AUDEMAC- Comillas.
Ya hemos tocado los puntos principales, pero en resumen me imagino en mis sueños: una asociación fuerte de unos 500 socios con una dinámica mujer al frente reflejando la composición de la Universidad y de AUDEMAC y un siempre innovador programa cultural; una autentica representación en ‘Mayores’ con voz y voto en la Universidad; proyectos (en plural) intergeneracionales de voluntariado, investigación, culturales…; los grupos especializados reforzados y representándonos por toda España – el coro, el grupo de teatro, los deportes- con financiación exterior y patrocinio de esta nueva economía plateada; una colaboración más extensa con otras universidades a través de CAUMAS con proyectos comunes culturales y académicos tanto en España como en el extranjero.
Semejantes actividades son la mejor manera de demostrar lo que valemos, luchar contra la enfermedad, el Alzheimer, la soledad y asegurar una vida activa durante el máximo tiempo posible.
Alicia López Budia