La participación del alumnado sénior
Un análisis de nuestra sociedad permite detectar que, junto a la previsión de una disminución de la población estudiantil joven, destaca el envejecimiento de la población en el mundo desarrollado por lo que la carencia de estudiantes jóvenes obligará a la Universidad a apostar por otros usuarios, las personas mayores, respondiendo con la diversificación de objetivos.
La Universidad dejará de ser monopolizada por los jóvenes. Será una institución educativa a la que acudir durante toda la vida, en busca de conocimientos o de especialización. De ser un instrumento de aprendizaje, únicamente en un período de la vida preparando a la juventud para su incorporación al mundo laboral, deberá hacer frente al protagonismo de las personas adultas y mayores con un aprendizaje permanente, buscando fórmulas más atractivas y adaptadas a su particular situación.
El alumnado de los PUM, debido a diferencias individuales, motivadas por el contexto, historia, conocimientos, profesión y nivel de educación, no tienen un único patrón de déficit intelectual. Ello exige una diversidad del currículum, que permita a la Universidad atender la demanda de las personas mayores, a medio o largo plazo.
En la práctica labor educadora de los PUM debe ser conducida de manera activa, participativa, y no solo como un servicio social, alternándose las exposiciones magistrales con los coloquios y acciones de grupo, facilitando el debate entre profesores y alumnos, manejando sus propias experiencias profesionales y sociales, así como sus necesidades e intereses, con espíritu crítico y reflexivo y avanzando con nuevas propuestas, poniendo la Universidad a su disposición toda su estructura formal, reglada.
El modelo de Universidad que se está tratando de construir implica flexibilidad en el diseño de sus contenidos. Los programas universitarios para persona mayores, como grupo innovador, pueden contribuir al cambio de la Universidad, existiendo en su órgano de gobierno, la correspondiente presencia institucionalizada.
Hay que tener en cuenta el aspecto intergeneracional de los estudios universitarios para personas mayores, fomentando las relaciones con las más jóvenes con acciones conjuntas de actividades, que favorezcan la oportunidad de compartir conocimientos y experiencias, a través de grupos de trabajo y profundizar en los problemas específicos de ambos biosegmentos, sin ningún tipo de discriminación, favoreciendo la convivencia con el alumnado joven.
El derecho al asociacionismo, ejercido por los universitarios mayores, facilita la comunicación entre la Universidad y el alumnado sénior, siendo las asociaciones universitarias de alumnos mayores imprescindibles para la transmisión e intercambio de información sobre el desarrollo del PUM, su estudio, actualización, detección de mejoras y cambios, ya que esta información se construye con los datos y la experiencia de propio alumnado al que va dirigido el programa, poniendo en valor la participación del alumnado sénior.
*Datos de: Libro Blanco de CAUMAS. E. Pozón Lobato
Junio 2023