Investigación en envejecimiento
La longevidad es un gran misterio que los científicos quieren desentrañar -y casi toda la humanidad también-. Actualmente la investigación científica sobre envejecimiento está en auge; todos los países desarrollados coordinan investigaciones en las que confluyen diversas disciplinas que estudian el envejecimiento interrelacionándose entre ellas, como: biología molecular, biología celular, bioquímica, farmacología, informática, neurobiología, física, filosofía, etc. Los métodos y procedimientos para abordar estas investigaciones son diversos, desde atajar enfermedades asociadas al envejecimiento, a modificar nuestro genoma. En este campo de investigación han entrado las grandes empresas, invirtiendo ingentes cantidades de dinero porque ven una gran perspectiva de negocio. Esto significa que su continuidad está garantizada.
Según la científica, bióloga molecular, María Blasco, (suplemento de El País, 17/09/17) si los resultados de sus investigaciones se pudieran extrapolar a seres humanos “sería posible alcanzar los 130 años prácticamente sanos”, es decir, con nuestra edad de mayores hoy, dentro de unos años se estaría en la “flor de la vida”, porque se habla de vivir hasta los 140 años. Ante la falta de resultados aplicables a corto plazo y la demanda de conservar los cuerpos a la espera de una solución a su enfermedad, aumenta otro negocio relacionado con estas investigaciones: las empresas de criopreservación humana.
Todas estas investigaciones avanzan vertiginosamente, se cree que podemos cambiar la evolución de la especie humana, pero ¿tenemos medidas de regulación y control que defiendan los derechos básicos de la humanidad, presente y futura? Los conflictos éticos y morales acompañan las investigaciones y deben tenerse en cuenta para regular este campo de investigación.
La humanidad debe seguir con paso firme sus avances de todo tipo, porque todos los campos de investigación se benefician unos de otros; sin avances tecnología no puede haber avances en otras disciplinas como la médica, la biología, o sin avances en bioquímica no puede haber avances en farmacología, etc.; lo que nos lleva a la conclusión de que también es necesario avanzar en conceptos como solidaridad, actuar en beneficio de la mayoría: ir hacia una sociedad comprometida con el ser humano, preservar valores éticos y morales que son los identificadores del “Hombre”; investigar en la consecución de una fórmula o conjunto de normas que permitan al ser humano mantener su independencia y dignidad frente a nuevas inteligencias: las inteligencias artificiales y por supuesto que los avances no sean exclusivos de los que tienen más medios económicos. Estas investigaciones éticas deben ir a la par con las investigaciones científicas.
A los mayores de hoy no nos importa donar nuestros conocimientos, nuestra experiencia y nuestro “cuerpo” a la ciencia si con ello avanzamos en la búsqueda de soluciones para mejorar el envejecimiento y tenemos muy claro que el objetivo de la investigación sobre el envejecimiento es incrementar la calidad y la duración de la vida.
Septiembre 2017