Nuestra edad
La edad cronológica se define contabilizando el tiempo que ha transcurrido desde nuestro nacimiento, según los estándares culturales.
Actualmente se consideran dos categorías adicionales: edad biológica y edad funcional.
La edad biológica (condiciones físicas y mentales) se definiría como la edad que se corresponde con el estado funcional de nuestros órganos y sistemas al compararlos con patrones estándar de envejecimiento para una edad determinada. Dos personas con una misma edad cronológica pueden encontrarse en una edad biológica distinta, en unas condiciones muy diferentes, dependiendo no sólo de su constitución natural sino de sus hábitos (ejercicio, dieta, etc.) y de su trayectoria vital en general.
Contra el paso del tiempo –la edad cronológica- no podemos hacer nada, sin embargo, si podemos cuidar nuestra edad biológica, pues, aunque el factor genético es importante, otros factores influyen en la edad biológica como la alimentación y el ejercicio físico de acuerdo a nuestras posibilidades.
La edad funcional, por otra parte, representa un concepto netamente distinto de la edad cronológica y la edad biológica. Una persona puede puntuar en una determinada prueba de aptitud física o psíquica, de un modo inferior al que correspondería a su edad cronológica (sería el caso, por ejemplo, de una persona de 60 años –edad cronológica– cuyo estado físico y aptitud psíquica –edad biológica– es la correspondiente a una persona de 70); sin embargo, al mismo tiempo, tal persona puede demostrar en su actividad profesional y en los quehaceres y actividades que impone la vida cotidiana un grado de competencia (correspondiente a una persona de 50 años), superior al que sería de esperar de una persona de su edad cronológica.
Nuestra edad funcional es muy distinta para grupos de la misma edad cronológica. No importa la edad cronológica si asumimos el paso del tiempo, pero si es importante tener una edad biológica y funcional que nos permita cubrir nuestras necesidades vitales.
Debemos cuidar nuestro cuerpo, de cuyo buen estado depende en buena medida nuestra capacidad de disfrutar de todo lo que la vida es capaz de ofrecernos.
Un estilo de vida saludable del que forman parte la alimentación, el ejercicio físico, la prevención de la salud, la actividad intelectual, el equilibrio mental, la relación con el medio ambiente y la actividad social, conseguirán que estemos en buena relación y sintonía con nuestra edad.
Los PUM promocionan la calidad de vida, además de cumplir una función educativa y de extensión del conocimiento, cumplen también una función en relación con la salud física y psicológica, contribuyen al equilibrio de la edad cronológica, biológica y funcional; los alumnos universitarios sénior son la prueba de ello.
Diciembre 2016