Las personas mayores como ejemplo de responsabilidad
La imagen de los mayores ha cambiado y se ha visto modificada en esta crisis sanitaria. Por una parte, se ha mostrado la fragilidad de las personas mayores con dependencia y/u otras patologías, ignorada por la inhumana y vergonzosa actuación en las residencias de mayores, donde, las personas mayores, no han sido tratadas, ni cuidadas, ni atendidas como les corresponde; provocando innumerables muertes que, tal vez, podrían haberse evitado. Por otra parte, está el ejemplo de responsabilidad del colectivo de personas mayores al que se ha atemorizado como grupo más afectado en cuanto a mortalidad. Este colectivo cumplió las normas de confinamiento plenamente. No hay un solo mayor que no sepa que su riesgo es mayor que el de un joven, aunque se repite demasiado, y como una coletilla en los medios de comunicación, que las personas mayores son el grupo de más riesgo, lo que ha provocado ansiedad e inseguridad.
Pero, el confinamiento, a pesar de los malos augurios sobre sus efectos nocivos en las personas mayores, ha sido una oportunidad para compartir intereses a través de las redes sociales, participar en comunidades virtuales, asistir a conferencias y charlas e incluso realizar algún curso online. Las personas mayores han aprovechado muy positivamente la falta de movilidad al verse obligados a quedarse en casa. La pandemia, ha servido también para redescubrir en cierto modo la familia, que ha salido reforzada. Se ha visto la necesidad de tener relaciones más concretas, de verse más, ahí también las personas mayores han tenido el papel primordial de cohesión familiar. Y ahora, al salir a la calle, son fieles cumplidoras de las normas que rigen la convivencia. Estos días se ve a todas las personas mayores con mascarillas y manteniendo la distancia social, ejerciendo la responsabilidad personal, que muchos (muchísimos) jóvenes no cumplen.
Son conscientes de que, por razón de la edad, es el colectivo que puede tener mayores niveles de riesgo y de exposición, que otros, en relación con la situación derivada de la COVID-19. Pero no es menos cierto que, también por eso mismo y si cabe, son más conscientes que otros colectivos de la importancia de actuar con responsabilidad y sentido común y de lo necesario que resulta recuperar (tan pronto sea posible y en las condiciones que resulten adecuadas y seguras para todos) lo que, por parte de las autoridades, se ha venido en denominar como la “nueva normalidad”.
La imagen del colectivo de las personas mayores va cambiando -poco a poco- y ya se le comienza a ver, no como un problema o una amenaza, como se veía anteriormente, sobre todo relacionado con los gastos derivados de las pensiones o los cuidados que reciben en salud; ahora se considera a este colectivo como una oportunidad que genera riqueza y empleo.
Las personas mayores asumen su rol y son un ejemplo de responsabilidad frente a los nuevos retos de actuación, colaborando y participando para retornar paulatinamente las diversas actividades sociales y económicas en beneficio de toda la sociedad.
Junio 2020