La lectura como espacio de encuentro
En el curso 2017-2018, Aulexna inició la puesta en marcha de algunos talleres que complementaran la oferta formativa que realizaba a través de los Cursos de Extensión. Entre ellos propuso la creación de dos clubs de lectura que tuvieron una gran aceptación y comenzaron su trayectoria en octubre de 2017 contando con la colaboración de la Biblioteca General de Navarra que facilitó los libros y el espacio de reunión. Aulexna asumió los gastos del coordinador de ambos grupos.
Teníamos muy claro que ese nuevo espacio de puesta en común de lecturas lo debíamos mejorar y construir entre todas y todos. Por este motivo la organización de los grupos ha estado abierta a las sugerencias y propuestas de los participantes. Se han recogido e implementado propuestas a través de información que nos ha llegado de grupos de lectura de otras bibliotecas y sobre todo a través de los cuestionarios de evaluación que hemos pasado cada año. Por lo cual aquellos grupos que comenzaron en 2017, a lo largo del curso 2018-2019 y el inicio de 2019-2020 han ido modificando su organización, y muestra de ello es la elaboración del programa de lecturas en junio para el curso siguiente, la entrega al inicio de curso de la programación completa en formato marcapáginas y archivo digital, la inclusión en las lecturas seleccionadas de novela negra, poesía, ensayo, literatura de otras culturas, cuidando la presencia de escritoras, la optimización de la intervención del coordinador que actualmente va matizando las aportaciones de cada uno de los miembros del grupo con aspectos de la técnica, del contexto y significado de la obra leída y la creación de una sección en la página web de Aulexna en la que se recoge un resumen de cada una de las sesiones del club.
Con una gran ilusión comenzamos el curso 2019-2020 afianzando los cambios que en los dos cursos anteriores habíamos implementado y recogiendo la satisfacción de los miembros de los grupos que veían en ellos un espacio de encuentro, de amistad y un lugar en él que sus habilidades lectoras iban creciendo. Pero llegó marzo y con él la pandemia y el confinamiento que en un primer momento nos desconcertó. Las sesiones del mes de marzo no las realizamos, pero comenzamos a intercambiar correos electrónicos con las valoraciones de los libros propuestos para ellas. En el mes de abril debido a que las bibliotecas estaban cerradas no pudimos recoger los libros programados. Casi teníamos la sensación de que no íbamos a poder continuar con los clubs. Pero una compañera disponía de una magnifica biblioteca virtual en formatos que podíamos compartir. Ya disponíamos de lo básico y a partir de ese momento todo fue sencillo. Optamos por la plataforma Jitsi como espacio virtual en él que seguir hablando de lecturas y sobre todo continuar estando en contacto.
A las sesiones virtuales que realizamos en mayo y junio, aproximadamente asistieron la mitad de los participantes, pero fueron un éxito por el ambiente que se creó. En las reuniones bullía una pregunta constante “el próximo curso ¿qué va a suceder?”. No teníamos clara la modalidad, pero sí la continuidad de los clubs. El coordinador preparó el programa del curso 2020-2021 y en septiembre de acuerdo con las directrices de la Junta Directiva, se decidió que los clubs continuarían realizándose en modalidad online. Pero teníamos una gran ventaja en relación a los meses de mayo y junio, en este momento las bibliotecas estaban abiertas y por lo tanto podíamos recoger los libros. La entrega y recogida de ejemplares se convirtió en una excusa para vernos e incluso tomar un café en una terraza en grupos, respetando el número establecido por el Gobierno de la Comunidad. En el mes de noviembre el cierre de la hostelería hizo que nos reuniéramos en la plaza de la Biblioteca General, fue algo entrañable, incluso el tiempo nos acompañó y disfrutamos de un rato de charla. En ocasiones nos ha costado comenzar las tertulias por algunos problemas técnicos y nuestra impericia pero hemos ido mejorando y “el boca a boca” sobre el funcionamiento de las videoconferencias ha hecho que vayamos contando cada vez con mayor número de asistentes.
Tenemos pendiente para este curso la consolidación de un espacio en la página web de recomendación de lecturas con independencia de las que se leen en los clubs.
Como muestra de lo que realizamos en el club os adjuntamos el resumen de una de las sesiones que realizamos durante el confinamiento.
El lunes 18 de mayo el club de lectura 2, se reunió virtualmente para comentar la lectura de « El mar» de John Banville.
Un libro considerado por la mayoría de los asistentes como una gran novela, tanto en su forma como en su contenido.
Una novela compleja a la que algunos de los lectores y lectoras han entrado despacio y con cierta dificultad debido a la complejidad de su estructura. Pero una vez franqueado ese obstáculo inicial, han transitado con deleite y emoción por ese mundo creado por Banville, en el que un cerebro y un corazón se nos muestran « a tumba abierta», hilando y entrelazando tres tiempos diferentes en un ejercicio de introspección.
Empecemos por la forma, por los valores literarios recreados por Banville, un poeta que escribe prosa: Un rico y preciso vocabulario, adjetivos y metáforas deslumbrantes, descripciones de escenas a modo de imágenes congeladas, de cuadros pictóricos de los momentos fundacionales de una vida, junto a descripciones de los personajes que logran a través de pinceladas de rasgos de carácter, del aspecto físico, de indumentaria, que los veamos al entrar en escena, se articulan en una compleja estructura en la que John Banville conjuga simultáneamente tres tiempos, el presente, el pasado inmediato y el pasado lejano, sin chirriar y en la que nos arrastra a los lectores, mecidos por las idas y venidas de la mente del protagonista.
Prosigamos con su contenido: Un narrador omnisciente hace un ejercicio de introspección en el que nos muestra sus mayores secretos, esos que son tan difíciles de reconocer y aceptar, las carencias, vergüenzas, adicciones, el dolor, y nos lleva hacia el territorio del final de la infancia, del inicio de la adolescencia, del nacimiento de los primeros amores, de las primeras grandes heridas que a modo de corriente subterránea modelarán la vida adulta. En ese ejercicio de introspección no se rinde, no se contenta con la primera respuesta, si no que continúa hurgando y extrae un dolor casi palpable por los lectores y lectoras.
Mientras narra nos interpela captando y manteniendo nuestra atención.
Una voz, como protagonista de una historia de amores de infancia, de adolescencia y de madurez, pero sobre todo de la perdida de todos ellos, pero también del leve consuelo del encuentro con otros que compartieron nuestros amores. Una voz que ante un presente doloroso vuelve al pasado y no puede dejar de pensar en que quizá en ese tiempo se perdió algo.
Max, la voz protagonista, no es un héroe, es un ser humano sin grandes ambiciones, sin objetivos claros, que se deja llevar, aspira a ser un diletante, duda de quien es, de si realmente conoció al ser amado y si fue conocido por él. Un tipo de protagonista no muy frecuente en la literatura pero que, al darle voz y presencia, John Banville legitima, ratificando y certificando esos rasgos grises de nuestras almas y vidas que tan difícil es mostrar.
Forma y contenido tienen el mar como marco, como metáfora. Ese elemento tan idealizado quizás para evitar el encuentro con su realidad que puede llegar a atemorizarnos. En esta novela el mar es metáfora de la vida que nos lleva nos empuja y a veces con una incomprensible indiferencia en una de sus mareas nos golpea, nos desconcierta y anonadados nos preguntamos ¿por qué a mí? ¿por qué a nosotros? En ese empujarnos también a veces surge y rompe en la orilla esa espuma amarilla que nos ensucia.
El interés por el juego de espejos, por lo idéntico de John Banville, está presente en esta novela a través de los hermanos Grace. Un interés que quizás haya desarrollado en su carrera literaria mediante la creación de personajes que en parte son él y a la vez no lo son.
Es uno de esos libros cuya lectura te lleva a la intimidad de alguien, susurrándonos tal cantidad de experiencias que no podemos evitar identificarnos con alguna de ellas, emocionarnos, reflexionar y sentir un cierto abandono al finalizar su lectura y preguntarnos ¿quiénes somos en realidad? John Banville no nos da una respuesta, un desenlace, si no que nos incita a pensar a desear volver mediante la lectura a ese mundo tan real y onírico que durante unas horas hemos construido a partir de sus palabras.
Teresa Labalde Salinas
Miembro de la Junta Directiva de AULEXNA. Encargada clubs de lectura