Entrevista a D. Luís Alberto Barriga Martín

Entrevista a D. Luís Alberto Barriga Martín, (Torrelavega, Cantabria, 1966) director general del Imserso.
Diplomado en Trabajo Social por la Universidad de Valladolid. Grado en Trabajo Social por la Universidad Internacional de La Rioja. Máster en Intervención Social en las sociedades del conocimiento por la Universidad Internacional de La Rioja. Máster en Consultoría de procesos de desarrollo de las organizaciones por la Universidad de Valladolid.
Funcionario de carrera de la administración local (Diputación Provincial de Valladolid) como técnico de Programas de Bienestar Social, dedicado al diseño y seguimiento de diversos programas de servicios sociales; en 2013 se incorpora a la Gerencia de Servicios Sociales de la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León donde actualmente presta sus servicios como Técnico de la Dirección General de personas mayores, personas con discapacidad y atención a la dependencia.
Socio fundador (1994-actualidad) y responsable de estudios de la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales y del Observatorio Estatal de la Dependencia. Coautor de sus informes y dictámenes periódicos (Informe Índice DEC de desarrollo de los Servicios Sociales en España: Informe sobre el estado Social de la Nación y Dictámenes del Observatorio Estatal de la Dependencia).
Muchas gracias por atender nuestra petición y responder a nuestras preguntas
En CAUMAS representamos al colectivo de personas mayores que están matriculadas en los distintos Programas Universitarios de Mayores (PUM) de la universidades públicas y privadas del Estado español, por lo tanto, reconociendo el gravísimo problema de las personas mayores que viven y son asistidas en residencias, no vamos a entrar en esta entrevista en ese territorio, del que no somos profesionales, aunque como ciudadanos nos preocupa y estamos muy bien informados
Desde la creación del Imserso, hace 30 años, para fomentar el envejecimiento activo, el perfil de las personas mayores ha cambiado rotundamente, ahora entendemos el envejecimiento activo como un derecho a permanecer activos en la sociedad, no solo como una opción de ocio ¿lo entiende así el Imserso?
Efectivamente, el perfil de las personas mayores ha cambiado a lo largo de los últimos años y seguirá cambiando. El envejecimiento activo ha de ser considerado como lo que es, como una estrategia que permita la vida activa y la plena participación en la sociedad. Esa participación tiene que estar basada siempre en la posibilidad real de ejercer todos los derechos sociales, económicos, políticos y culturales con independencia de la edad de las personas. Se trata de algo mucho más profundo que la mera ocupación del ocio.
La pandemia ha golpeado a todos los sectores y al colectivo de mayores universitarios lo ha noqueado; se han suspendido la inmensa mayoría de los PUM, dejando sin la principal actividad intelectual y social a miles de personas mayores, abocándolas a una soledad no deseada y difícil de superar, ya que sus hábitos de estudio y relaciones sociales están en la universidad.
¿Son conscientes desde el Imserso de este abandono institucional?
La pandemia derivada de la COVID ha tenido unas consecuencias que hace poco más de un año resultaban del todo impensables. Ha tenido una dimensión no solo estrictamente sanitaria directa, sino que ha afectado a la gran mayoría de los sectores de nuestra vida cotidiana. Desde el Imserso somos plenamente conscientes de este impacto y además nos estamos esforzando por monitorizarlo, analizarlo y ponerlo en el foco de atención si bien esto es muy difícil en estas circunstancias. Respecto al parón en la actividad universitaria el esfuerzo actualmente debe centrarse –igual que para la enseñanza “formal”- en procurar otras metodologías de enseñanza y debate en línea que den continuidad a la actividad con seguridad.
Algunas universidades (muy pocas) mantienen el PUM con enseñanza presencial (como la de estudiantes de grado), la excusa de muchas de las universidades que han suprimido el programa es la falta de financiación, por el coste que supone cumplir las medidas sanitarias para mantener la formación continua de las personas mayores en una situación tan difícil como es esta de pandemia, ¿no le correspondería al Imserso valorar este déficit presupuestario para ampliar su participación en los PUM?
Obviamente tales decisiones corresponden a las universidades. Por otra parte es cierto que nadie podía ni puede aún estimar la duración que puedan tener las circunstancias que dificultan o encarecen las actividades presenciales con elevado número de personas. Es correcto pensar que de mantenerse la situación de restricciones habría que pensar en alguna forma de colaborar en la preservación de los PUM buscando fórmulas combinadas (presencial y no presencial) habida cuenta sus evidentes beneficios. Pero esa colaboración no compete solo al IMSERSO sino al conjunto de administraciones.
Desde CAUMAS, ante la escasez de respuestas a las demandas de formación de las personas mayores, hemos abierto una plataforma digital con oferta online de cursos en directo y/o en video para seguir manteniendo la formación de personas mayores que han quedado aisladas de sus universidades, cuyo principal soporte económico es la subvención del Imserso, pero ¿cómo ve la posibilidad de una colaboración más implícita entre las instituciones implicadas, Universidad-Imserso, para ampliar esta oferta y dar una cobertura universal de acceso al conocimiento para las personas mayores?
El Imserso, como organismo público, lleva acabo toda una serie de proyectos y programas acordes a su finalidad y objetivos, siempre con pleno respeto al marco competencial en que nos encontramos enmarcados. Ampliar los ámbitos de actuación del Instituto se debe hacer siempre contando con el respaldo necesario, tanto a nivel normativo como financiero. Los presupuestos del Imserso vienen, en todo caso, asociados siempre a una finalidad que debe estar previamente establecida. En el caso de los programas Universitarios de Mayores, afortunadamente existe ya un marco de colaboración que podría ser objeto de algún desarrollo específico.
La falta de consultas a las asociaciones de mayores, a la hora de decidir actuaciones que afectan directamente a las personas mayores, parece que se va superando y poco a poco son consultadas, como los debates sobre la soledad no deseada, sobre enfermedades asociadas a la edad y otros temas, pero en el Pacto de Toledo han decidido y ni se han preocupado por saber que piensan las personas mayores ¿Cómo podremos vencer esa inercia de la política que nos hace invisibles en temas tan importantes para nosotros?
Es muy cierto que uno de los factores asociados a la discriminación por razones de edad presente en nuestra sociedad es precisamente la exclusión en la toma de decisiones importantes sobre los aspectos que afectan directamente a las personas mayores. Si esta forma de edadismo ya existía, en los tiempos de pandemia hemos visto cómo se hacía mucho más patente. Bajo mi punto de vista este es precisamente un momento en el que los poderes públicos debemos ser conscientes de que ya no es soportable esta discriminación y que se han de realizar reformas profundas en los modos de actuar, en las normas que regulen la participación y en luchar contra la invisibilidad a que se somete a las personas de edad. Esto es algo sobre lo que nos están alertando insistentemente organismos internacionales como Naciones Unidas, o más cercanos como el Defensor del Pueblo. En las Cortes (en concreto en el Senado) se ha creado una Comisión de estudio de la situación de los mayores y uno de los mensajes que trasladará allí el Imserso es precisamente la necesidad de revisión de los cauces de participación real del colectivo en todo que lo que le afecte. Bien es cierto que esta especial situación en que nos encontramos ha supuesto que los cauces habituales de comunicación y colaboración no hayan sido tan fluidos como en ejercicios anteriores. Algo que debemos corregir.
Desde el Estado de alarma, que quedó todo paralizado, no hemos sabido nada del Consejo Estatal de Personas Mayores ¿en qué punto está su renovación?
Precisamente, la situación del Consejo Estatal de Personas mayores es un buen ejemplo de los efectos perniciosos que ha tenido la pandemia, en relación con los mecanismos existentes que permitan la participación de las personas mayores. Como se anunció en su última sesión, en el mes de enero se publicó la correspondiente orden para la renovación del Consejo (que ya iba con un año de retraso), y por parte de las asociaciones y entidades se recibieron las correspondientes solitudes para participar en el proceso, si bien el Estado de Alarma supuso interrumpir el proceso justo cuando se debían de haber remitido determinadas peticiones de subsanación de ciertos errores advertidos en algunas solicitudes presentadas. En todo caso, y mediante los medios telemáticos de los que disponemos, estamos retomando este proceso de renovación, siendo conscientes siempre de que la imposibilidad de mantener reuniones presenciales puede añadir una mayor complejidad al trabajo que deberá acometer la Comisión de Valoración que se deberá nombrar para acometer el proceso de valoración delas solicitudes presentadas. El pasado día 30 de diciembre se remitió ya un correo a las entidades que habían presentado su solicitud, en orden a comunicar que se retomaría el proceso de renovación en el punto en que se había quedado.
La extraordinaria situación derivada de la pandemia provocada por la Covid-19 ha supuesto la alteración e incluso la interrupción de algunos de los proyectos más representativos del Imserso. Buen ejemplo de ello ha sido la suspensión del programa de Turismo Social para la temporada 2020/2021. En vistas de esta nuevo escenario, ¿se ha planteado el IMSERSO una nueva definición del programa, más en consonancia con el actual perfil de las personas mayores, y que se abra a otras tipologías de viajes relacionado con otros ámbitos, tales como la educación, la naturaleza o el deporte, entre otros?
Por nuestra parte, y en relación con la definición del propio programa, ya hemos iniciado –no sin dificultad- un proceso de participación que nos ayude a mejorar la oferta que en efecto debe hacerse más plural y actualizada. En ese sentido, el pasado día 22 de diciembre se llevó a cabo una reunión en la que participaron las principales asociaciones de personas mayores, donde se planteó este proceso de rediseño del programa. Y se les invitó a realizar las aportaciones y observaciones que estimen pertinentes, con el objetivo de mejorar el programa. Desde ahí ya estamos trabajando en preparar el programa para su reapertura en cuanto nos lo permita la pandemia –como ya se manifestó en la reunión del 22 de diciembre- es el momento para abrir otros enfoques.
La demanda de colaboración Imserso-Universidad para financiar los programas “Erasmus Senior”, es decir, intercambios entre universitarios mayores, está estancada, en punto muerto, ya ha pasado por cuatro de sus predecesores y predecesoras en la DG del Imserso, ahora, aprovechando la reestructuración de los viajes del Imserso ¿hay alguna posibilidad de incluir los viajes de intercambio de universitarios sénior con un proyecto y presupuesto propio?
El programa de Turismo del Imserso ha tenido desde su inicio, en el año 1986, un claro carácter social, que esperemos no se pierda nunca. Como comentaba antes, toca ahora llevar a cabo una redefinición del contenido del programa para adaptarlo a la esta nueva realidad, lo que incluye ampliar la tipología de los viajes del programa, considerando tipologías de actividades y viajes de otra naturaleza, pero sin perder ese componente social característico del programa. En todo caso, turismo y termalismo se configuran como prestaciones complementarias de seguridad social y cualquier modificación es compleja. No obstante el desarrollo de una actividad de intercambio podría constituir per se una actuación no necesariamente ligada a dichos programas.
El Imserso es el Instituto de Mayores y Servicios Sociales. A nuestro entender es algo absolutamente injustificable atender las propuestas en beneficio de colectivos jóvenes, para utilizar los fondos de los viajes que no se han realizado ¿cómo se va a actuar sobre esta cuestión?
Precisamente, y a pesar de algunas propuestas que se han podido realizar en este sentido en prensa por parte de agentes del sector turístico, el Imserso siempre ha manifestado que estos programas no son en absoluto susceptibles de cambiar en su finalidad y destinatarios. La preservación de los programas de turismo y termalismo para personas mayores como colectivo destinatario está asegurada.
Desde fuera, es decir, sin contacto personal ni actividades presenciales, es muy difícil apreciar todo lo que se está trabajando desde el Imserso en la pandemia, ¿Cuáles son sus principales actividades?
La pandemia ha afectado a las estructuras y a la organización de trabajo, tanto del Imserso como del resto de organismos públicos, así como de las propias entidades privadas. En todo caso, en la parte relativa al Imserso, estamos más que satisfechos con los trabajos que hemos podido desarrollar en unos momentos dificilísimos. Bien es cierto que la ciudadanía, al identificar en gran medida la actividad del Imserso con los programas de Trismo y Termalismo social pueda tener una percepción que le lleve a pensar que se han “parado máquinas” en Imserso, cuando en realidad se ha continuado trabajando en proyectos clave y en circunstancias también muy complicadas para los propios funcionarios. El Imserso dispone de una veintena de centros, algunos con atención directa a más de mil personas en sectores variados como discapacidad, mayores, Alzheimer, daño cerebral, enfermedad mental… Nuestra atención residencial o de día no ha sido ajena a la amenaza de la enfermedad provocada por el virus SARS CoV-2 y la lucha de nuestro personal por atender y preservar la salud de nuestros usuarios ha sido denodada y aún continúa. En mitad de la pandemia, por otra parte se han liderado trabajos importantísimos con el conjunto de las Comunidades Autónomas para investigar y conseguir que el ataque sufrido por las residencias y otros servicios sociales se mitigase con conocimiento sobre las mejores estrategias compartidas en el Consejo Territorial. Se han seguido gestionando las pensiones no contributivas y se han iniciado trabajos de mejora de los ritmos de las mismas. Se ha participado en la primera línea del diseño de un Plan de Choque para la Dependencia en España que se selló felizmente con amplio consenso el día 15 de enero y que aportará la mayor inversión de la historia en los servicios sociales de cuidados a las personas. Lo mismo cabe decir en cuanto a recabar importantes fondos europeos cuyo destino será mejorar ese ámbito de los cuidados. Se han mantenido y ampliado los programas de subvenciones Es decir, en realidad lo único que no se ha realizado en su totalidad programada ha sido lo referido al turismo y termalismo. Hemos mantenido el resto y hemos abierto nuevas líneas de trabajo muy potentes. Todo gracias a enormes esfuerzos de equipos humanos que –es cierto- permanecen en la sombra si bien su trabajo ha sido excelente. Se verán los resultados de inmediato.
Le deseamos mucho éxito en esta difícil situación en la que le ha tocado dirigir el Imserso, le ofrecemos toda nuestra ayuda y colaboración para mejorar la situación de las personas mayores. Para finalizar ¿cuál es el proyecto que le gustaría ver realizado de su paso por el Imserso?
Buena pregunta… son muchos pero me obsesiona aportar mi granito de arena para que tengamos un país en el que dé gusto envejecer. Con vitalidad, con dignidad y sin perder derechos a medida que se tienen más años. Todos los proyectos en los que trabajamos deberían servir a esa finalidad.
Entrevista realizada por:
Marina Troncoso
Directora de la Revista Digital Séniors Universitarios
Diciembre 2020



































