Siempre tendremos algo que decir
Las personas mayores tenemos que jugar un papel más relevante en nuestra sociedad siendo por derecho y por deber mucho más participativas asumiendo la auténtica realidad de nuestros enormes potenciales. Las personas mayores actualmente somos más activos y nos cuidamos más para ser independientes y autónomos el mayor tiempo, demandando mayor espacio y voz social. Como sabemos que nada nos lo darán hecho, somos nosotros mismos los que tenemos que avanzar en cuantos proyectos nos propongamos intentando construir un mundo mejor para nosotros pero también para nuestros hijos y nietos.
Con este espíritu nace hoy una revista nuestra y para nosotros y en su primer número como presidente de la Confederación, quiero agradecer y reconocer el esfuerzo de todas las Organizaciones afiliadas que han hecho posible que hayamos llegado hasta aquí.
D. FELIPE MARTÍN MORENO.
Presidente de CAUMAS
Saludo a todos los socios de las Asociaciones y les recuerdo que ahora tenemos un compromiso colectivo. Sabemos que sumando haremos que nuestras propuestas al final salgan adelante.
En las páginas de esta revista vamos a encontrar las referencias a nuevos proyectos, actividades societarias lúdicas y culturales así como la colaboración de cuantos socios quieran hacer aportaciones a lo que podríamos llamar el “Observatorio de las buenas prácticas”, acreditación de calidad abriendo un foro donde todos podamos expresarnos si consideramos que tenemos algo que decir de nuestras experiencias físicas, psíquicas, mentales y profesionales que pueda ser de interés general y ayuden al colectivo.
Cuando adaptamos las soluciones a los cambios impuestos y nos adelantamos a los acontecimientos es indiscutible que siempre tendremos algo que decir.
La colaboración del alumnado de los PUPMs es muy importante en la consolidación y mejora de estas enseñanzas específicas, constituyendo el asociacionismo universitario un modelo de participación y uno de los instrumentos claves en los procesos de diálogo y contribución a las políticas educativas.
Una España que apueste por el aprendizaje a lo largo de toda la vida en una sociedad del conocimiento implica, también, una apuesta por el refuerzo de la dimensión cultural de las universidades en todos los aspectos y dimensiones de la vida y de las personas.
La existencia de mayores en las universidades comienza a ser un hecho normal, a pesar de su carácter minoritario y de los escasos años de existencia de estos programas universitarios.
Los retos sobre el futuro de la universidad y de la educación están relacionados con la sociedad del conocimiento y los nuevos conceptos que toman importancia en esta sociedad.
- Formación a lo largo de toda la vida
- Importancia de la inversión en capital humano
- Necesidad de mantener la cohesión social como factor de estabilidad en las sociedades
- Generalización de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación
El futuro de las sociedades pasa, por la formación y el conocimiento. Sólo las sociedades que inviertan en educación podrán mantener su liderazgo económico, su cohesión social y su bienestar individual y colectivo. Mediante los proyectos que hacen realidad el principio de “aprendizaje a lo largo de toda la vida” responden al reto educativo de las personas adultas. Las instituciones de investigación y de educación de personas mayores son las candidatas a estos proyectos siguiendo las prioridades marcadas por la Comisión Europea.
En relación a los estudiantes, es necesario tener en cuenta que los alumnos mayores juegan un papel más activo en su propia formación; ya no son receptores pasivos de conocimiento que sólo esperan asistir a clase, sino que reclaman su rol cada vez más activo, y a su vez, las instituciones educativas universitarias, también reclaman este rol.
Los estudiantes mayores que crean que la oferta académica que realiza la propia universidad ha de ser siempre divertida se equivocan, deben saber que acceden a las aulas universitarias para aprender y para ocupar un tiempo de ocio y no ocioso, entendiendo este como un tiempo de reflexión, de análisis, de aprendizaje y de crecimiento personal, por tanto puede y debe ser una formación gratificante. La existencia de programas y proyectos de investigación es por tanto una de las demandas constantes de los estudiantes universitarios mayores los cuales les permiten aumentar otras competencias y habilidades.
Si superamos las teorías que nos hablan de la formación basada en el rendimiento académico y las habilidades, alcanzaremos nuevos objetivos que desarrollen capacidades prácticas para la vida y es en este tipo de proyectos donde los estudiantes son verdaderos actores sociales.
Sobre el Aprendizaje Permanente se manifiesta de un modo expreso que la Universidad además de seguir con sus obligaciones relativas a la formación de graduados universitarios y a la investigación y transferencia del conocimiento, como misiones importantes, deben incorporarse al Espacio Europeo del Aprendizaje Permanente, con otro tipo de ofertas y públicos, además de incorporar las nuevas herramientas tecnológicas a sus formas de enseñanza y aprendizaje:
El reconocimiento y la validación del aprendizaje no formal e informal es una piedra angular de la estrategia en materia de aprendizaje permanente. Muchos Estados miembros cuentan con un marco jurídico y la mayoría de ellos han puesto en marcha programas piloto.
La evaluación y reconocimiento de las capacidades y competencias sociales, independientemente de dónde y cómo se logran, son especialmente importantes para quienes no tienen cualificaciones básicas, a fin de facilitar su integración en la sociedad. Probablemente tengan capacidades que no sean fáciles de percibir. Por tanto, conviene que el Gobierno nacional y los Autonómicos adopten una actitud positiva hacia el reconocimiento del aprendizaje no formal e informal.
Les corresponde a las Administraciones Educativas competentes (Estado y Comunidades Autónomas) establecer el marco legal que desde la perspectiva de las cualificaciones y de las competencias permitan a las universidades la posibilidad que desde los Programas Universitarios para Mayores se pueda obtener el reconocimiento y acreditación para el acceso directo a los estudios oficiales de Grado.
Para ello los Programas, desde la flexibilidad que les permite su consideración de programas de ámbito no formal, en su currículo puedan organizar itinerarios flexibles que garanticen, a quienes los cursen con aprovechamiento, el acceso a estos estudios oficiales de Grado, con el fin de que accedan a ellos con garantías para poder seguirlos con éxito.
Todas las personas deben tener la posibilidad de formarse a lo largo de la vida, dentro y fuera del sistema educativo, con el fin de adquirir, actualizar, completar y ampliar sus capacidades, conocimientos, habilidades, aptitudes y competencias para su desarrollo personal y profesional.
Los Programas Universitarios para Personas Mayores se han organizado desde su nacimiento en 1993 en ciclos. Todos cuentan con un primer ciclo de tres años, como mínimo, de duración y 450 horas o más, en los que se imparten las enseñanzas durante dos o tres días a la semana. En muchos casos, están organizados en materias obligatorias y optativas. En otros casos, los propios estudiantes configuran su programa de estudio desde la optatividad de todo el programa, incluso hay programas en los que los estudiantes pueden asistir y participar en clases que se imparten para los estudiantes de los estudios oficiales de grado. También se puede señalar que, en muchos casos, realizan trabajos y actividades perfectamente evaluables que podrían con facilidad equivaler a los que realizan los estudiantes de estudios oficiales. Son Programas muy flexibles, en el sentido de poder modificarse con facilidad, dado su carácter no formal, lo que facilita esta propuesta. En general, ha habido una tendencia a incorporar como materias obligatorias las relacionadas con las ciencias sociales y las humanidades, lo que facilitaría esa formación general que también se realiza en el Bachillerato. Materias como Literatura, Historia, Historia del Arte, Lengua Española, Filosofía, etc., forman parte de los planes de estudio de estos programas. Y materias como TIC, Idiomas, Música, etc., pertenecen a la oferta optativa cuando no a las materias obligatorias.
El verdadero alcance de la propuesta que se hace no reside sólo, como se ha dicho, en conseguir el reconocimiento y acreditación para el acceso a los estudios universitarios de grado aquellas personas mayores que tienen interés en el tema, sino, sobre todo, proporcionarles una formación que les permita seguir con éxito estos estudios.
Por todo ello los alumnos de los PUPMs tenemos que seguir participando en la vida universitaria por medio de asociaciones creadas en el ámbito universitario, que reivindiquen la necesidad del reconocimiento y homologación de estas Enseñanzas específicas para Mayores, como paso definitivo a la defensa y consolidación de sus derechos como universitarios de pleno derecho.
Gracias a todos y brindamos por el éxito de nuestra revista.