La Universidad de Oviedo apostó, hace ya casi dos décadas, de manera decidida por el programa que hoy conocemos como PUMUO, Programa Universitario de Mayores de la Universidad de Oviedo. Lo que comenzó siendo una programación muy reducida que incluía tan solo dos años de cursos y talleres que pretendían captar el interés de una franja de población en claro ascenso, pronto se consolidó como un programa de cinco años con una oferta formativa auténticamente “universitaria”, impartida por equipos docentes de la propia universidad en tres ciudades de la región asturiana.

Lógicamente, hemos hecho todo lo que ha estado en nuestra mano para facilitar las tareas de coordinación y difusión de las Jornadas. Tanto es así, que recuerdo perfectamente que una de mis primeras reuniones tras acceder al cargo hace ahora poco más de un año fue precisamente con el comité organizador de nuestra Universidad.

Mi directora de área directamente a cargo del PUMUO, Ángeles Fernández, has mantenido una comunicación fluida y directa con el comité desde el minuto uno.

Como dije anteriormente, el Programa de Mayores se adscribe al Área de Extensión Universitaria de nuestra universidad, como programa propio o parte de la oferta de enseñanza no reglada.

He de decir que, al menos en nuestra universidad, estamos siendo capaces de absorber toda la demanda que nos llega por parte de este sector de la sociedad asturiana. Como dije, ofrecemos el Programa en las tres ciudades más importantes de la región, Oviedo, Gijón y Avilés, y estamos incluso explorando la posibilidad de implantarlo en alguna más.

No es algo que hayamos iniciado aún, aunque sí hemos estado, durante este último año, explorando esta posibilidad. En el Encuentro de Santiago también mantuvimos conversaciones al respecto y consideramos que sería un elemento más de motivación para los alumnos, así como una actividad formativa de gran calado para ellos.

Sería fantástico, aunque, tal y como van las cosas hoy en día en lo que se refiere a la concesión de proyectos, lo veo más como una aspiración muy legítima e interesante que como una posibilidad real. Yo sí animaría a nuestros alumnos a implicarse en proyectos a los que ellos vieran que tendrían algo que aportar, así como a nuestros profesores para que pensaran en la posibilidad de ver los PUM como una fuente de ideas o de recursos humanos para sus propios proyectos.

Por supuesto. Una cosa no está reñida con la otra y mal nos iría a los de Humanidades si no nos fuéramos adaptando a las nuevos tiempos y no fuéramos incorporando en nuestra propia investigación y docencia la infinitas ventajas que ofrecen la TICs. Peor veo a aquellos que se centran en exceso en las TICs y dejan a un lado la formación humanística.

Yo también creo que los profesores implicados en los PUM deberían ver su gran labor reconocida dentro de su currículo académico. Lo difícil es encontrar la mejor manera para hacerlo, y más dadas las condiciones en las que los universitarios nos vemos obligados a trabajar en los últimos años. Mi compromiso como vicerrector es lograr que, en este aspecto, demos los pasos adecuados para que este reconocimiento sea efectivo y satisfactorio para el profesorado.

Yo creo que hemos tocado ya algunos de los más relevantes: la homogeneización de la oferta a nivel nacional; la equiparación del estatus de estos estudios a lo largo y ancho del territorio español; el reconocimiento a los profesores; la movilidad…Pero también creo que tenemos por delante una importante tarea de concienciación cara a la sociedad y a las instituciones.
Al nivel que hemos logrado poner a los PUM, no es de recibo que la mayor parte de la sociedad siga viendo estos programas como un mero entretenimiento para las personas mayores y no como una auténtica experiencia académica. Tampoco lo es el desconocimiento que algunas de nuestras instituciones de gobierno tienen de estos programas, lo que deriva en serios problemas a la hora de afrontar asuntos tales como la financiación de los mismos.

No lo descarto. Como no me canso de repetir, yo fui uno de los primeros profesores del PUMUO en Oviedo, estando a cargo de la asignatura de Inglés durante los dos primeros años de su andadura. Me encantaba dar estas clases, a pesar de que fueran a última hora de la tarde y después de una agotadora jornada con las tareas docentes tradicionales. Me gustaba el ambiente, la camaradería, el entusiasmo, las ganas de aprender ilimitadas….y sí recuerdo pensar entonces que, cuando me llegara el momento, ese es el tipo de “tercera edad” que me gustaría disfrutar.

Considero que la entrevista ha sido, ciertamente, muy completa. No se me ocurre ninguna manera de ponerle ese colofón. Muchas gracias.