Se acercan las Navidades, una entrañable época del año que para muchos también es sinónimo de conciertos musicales… que no sólo de belenes y turrones vivimos algunos ‘mortales’. Y las venideras fiestas navideñas de este 2023 no han podido tener mejor prólogo que el concierto ofrecido por el Orfeón de la Real Hermandad de Veteranos de las Fuerzas Armadas y Guardia Civil, la joven agrupación ORVET, pues apenas tiene cuatro años de existencia. El concierto tuvo lugar el jueves 23 de noviembre en el Centro Cultural El Madroño, del popular barrio madrileño de Vicálvaro, gracias a la organización de la activa Asociación Universitaria de Mayores de la Universidad Rey Juan Carlos de Vicálvaro (AUMAVIC).

La puesta en escena del orfeón cuenta con los 41 cantores, incluidas siete féminas, su carismático director Vicente Romaní y el impagable acompañamiento del pianista Domingo J. Sánchez. Este entregado orfeón, el cual ya acumula 40 conciertos y que interpreta sin libreto, es decir, de memoria, nos regaló cerca de una hora y media de canciones y emociones, no exentas de un cierto sentimiento patriótico, a un salón de actos abarrotado y entregado desde el primer acorde hasta el último.

 

 

Un emotivo repertorio

El repertorio, bien elegido e interpretado con entusiasmo y maestría por este orfeón formado por veteranos y veteranas de los tres Ejércitos, Cuerpos Comunes y Guardia Civil, comenzó a lo grande, con los cantantes repartidos entre el escenario y alrededor del patio de butacas entonando el ‘Pasodoble de los quintos‘, de la Zarzuela La Bejarana, con el que lograron un efecto envolvente que hizo las delicias de los presentes. Continuó, ya con el coro subido al escenario, con piezas como la marcha militar Cádiz, la emotiva, marcial y cuartelera Canción del Soldado o la patriótica Por España, para a renglón seguido dar un giro y saltar a un tema operístico como el Va pensiero, el soberbio coro de la magnífica Nabucco, para muchos críticos la obra maestra de Giuseppe Verdi.

 

Volviendo a nuestro género chico, el orfeón dio cuenta de la copla final de La Patria Chica de Ruperto Chapí, pero en una adaptación propia con tonos de jota muy conseguidos, y, retomando la disposición inicial envolviendo al público, interpretaron la recuperada obra Coro de Legionarios, de la desconocida Zarzuela La Flor del Camino, con música del maestro Pablo Luna, para seguir con una original Balada de los Boinas Verdes, versión en español y con la aportación de una armónica, una guitarra y un tambor militar de una canción del sargento americano Barri Sadler, compuesta para las tropas de Vietnam, y la marcha Bajo la Doble Águila… antes de poner punto y seguido con la famosa y emocionante canción del Soldadito Español, la marcha-pasodoble perteneciente a la Revista musical ‘La Orgía Dorada’ y que estaba dedicada a los soldados españoles que combatieron en las guerras de Cuba, Filipinas y África.

Apropiado e intenso punto final

Pero hablamos de un punto y seguido porque estando en puertas de las fiestas navideñas no podía faltar un villancico, castrense en este caso, como era menester, y ahí apareció la figura del coronel Manuel Gordillo con un tema propio, El niño ha nacido, compuesto de joven en la Academia Militar de Zaragoza, para dar paso al perfecto colofón y punto final de Las Corsarias, ese “como el vino de Jerez y el vinillo de Rioja, son los colores que tiene, la Banderita española, la Banderita española…” que es el pasodoble más popular de las Fuerzas Armadas Españolas y que se hace difícil escucharlo sin sentir que algo se mueve por dentro.

 

Resumiendo, que cuando la música es interpretada con maestría como la del premiado Domingo J. Sánchez, las canciones entonadas con corazón y sentimiento como los del amateur Orfeón ORVET y dirigida con el arte y el ardor de un director carismático como Vicente Romaní es imposible que no llene de emociones y sentimientos a un público deseoso de pasar un rato agradable que se vio recompensado con creces por la brillante iniciativa de la Asociación de Alumnos de la Universidad de Mayores de la Rey Juan Carlos.

¡Feliz Navidad!

Gregorio García González
Colaborador de AUMAVIC
Universidad Rey Juan Carlos, Vicálvaro, Madrid