“Cuentapaseos” por Madrid
Volvemos a la Plaza de Canalejas y evocamos que esta plaza se conoció hace muchísimos años como “La Plaza de las cuatro calles”, pues cuatro son las que confluyen en ella: la de Sevilla, la de la Cruz, la del Príncipe y la Carrera de San Jerónimo que la atraviesa en un largo recorrido y que hoy vamos a conocer con más detalle.
El nombre de “La carrera de San Jerónimo” está muy bien puesto y viene de muy antiguo, nada menos de cuando los Reyes con su numeroso séquito venían desde el Alcázar por la calle Mayor y, cruzando la Puerta del Sol, enfilaban la larga “Carrera” que les conducía al Monasterio de los Jerónimos, donde se “retiraban” a pasar los duelos (y de ahí vino llamar más tarde “El Retiro” a los jardines adyacentes).
Desde la Puerta del Sol a la actual Plaza de las Cortes se extiende hoy la Carrera de San Jerónimo, con las torres de su iglesia de fondo.
Al iniciar el paseo vemos enseguida una placa conmemorativa en la calle de la Victoria, que nos informa de que aquí estuvo el gran Monasterio de la Victoria, de la orden de los fraíles Mínimos fundados por san Francisco de Paula; en él se veneraba con gran devoción un busto de la Virgen de la Soledad, esculpido por Gaspar Becerra (Baeza, 1520 – Madrid, 1570) a mitad del XVI, copiado de un cuadro que trajo de Francia Isabel de Valois cuando se casó con Felipe II.
En el número 8 está el famoso restaurante Lhardy, inaugurado en el año 1839 por el francés Emilio Huguenin Lhardy, en cuyo espejo decía Azorín “nos esfumamos en la eternidad”…
Tras atravesar la plaza de Canalejas nos encontramos, en el número 24 con el teatro Reina Victoria, con su fachada de cristalería de Maumejean y azulejos de Talavera, y con vuelta a la calle dedicada a don José Echegaray.
Y aquí hay tantas cosas que contar, del teatro y de Echegaray, que mejor hacemos un descanso y nos vamos a tomar algo en la cercana y golosa Casa Mira en el nº 30.
Rosa María Fernández,
Socia de ADAMUC (Asociación de Alumnos Mayores de la Universidad Complutense, Madrid).