Crónica de un paréntesis en la pandemia
Desde hace más de 15 años, asistimos al festival de cine de San Sebastián.
Al principio organizando todo sobre la marcha (algunas veces sin reservar alojamiento), sin tener entradas para las películas…, todo muy precipitado y así sucedió que un año tuvimos que dormir en un sitio inmundo, cerca de la cárcel de Martutene y acabamos presentando una denuncia por las condiciones del “hotel”.
Pero aprendimos y desde hace ya muchos años organizamos con bastante antelación todo lo relativo a alojamiento, nos informamos de todo lo que se “cuece” en el Festival y compramos las entradas por internet, una vez elegidas las películas que podemos ver en los últimos tres días del festival, fechas que ya tenemos fijadas desde hace tiempo.
San Sebastián es una ciudad maravillosa que siempre merece una visita en cualquier momento del año, pero durante el Festival de Cine cobra una vida y una energía que te arrolla, sobre todo si eres amante del cine. El ambiente es increíble, las calles están llenas de gente de todas las partes del mundo: directores de cine, productores, actores, críticos, corresponsales de medios de comunicación, personal acreditado, espectadores, mirones…. es ¡increíble! ¡La alfombra roja delante del Auditorio Kursaal es un hervidero!
Pintxos: Pretender el acceso a la barra de alguno de los múltiples bares que hay en el casco antiguo sobre todo, es misión casi imposible, pero no hay que tener prisa porque la gran variedad de exquisitos y apetitosos pintxos compensa la espera. ¡Y te los comerías todos! También está la opción de comer o cenar en un restaurante y la oferta es abundante y de calidad aunque cara, no hay que olvidar que Guipúzcoa está considerada la Comunidad Autónoma con mejor calidad de vida y mayor renta per cápita.
¡Por la mañana (si toca) y por la noche, al cine! Y entre medias, solemos organizar unas excursiones que vamos variando para conocer sitios nuevos. El año 2019 estuvimos en la ermita de San Juan de Gaztelugatxe, en Bilbao. Este lugar junto con Zumaia y otros dos lugares más en el País Vasco, fueron escenarios de la serie Juego de Tronos. Entrada obligada a Francia todos los años, Biarritz, San Juan de Luz, St. Éttienne de Baigorry, Saint Jean a Pied de Port… lugares todos preciosos y cercanos.
Hasta aquí el relato de los años anteriores a este fatídico 2020 (bisiesto). Y ahora el Festival de este año.
Como es fácil de comprender, tuvimos serias dudas sobre la conveniencia de ir o no a San Sebastián por la Covid-19 pero después de estar cuasi confinados desde marzo y no haber salido a ningún sitio, nos armamos de valor y junto con otros amigos, nos “echamos la manta a la cabeza” y ¡p’Donosti!
Previamente nos habíamos asegurado de que esta edición iba a ser diferente y que se habían tomado todas y cada una de las obligadas medidas de seguridad.
El aforo de las salas de cine estaba reducido al 40-50%, la renovación del aire modificada, un tiempo estipulado entre cada sesión para limpieza y desinfección de las salas, los tiques numerados (las otras ediciones no lo han sido), un despliegue de personal controlando los accesos y facilitando y obligando a ponerse gel hidroalcohólico a todo el mundo y vigilando que los espectadores ocuparan su butaca. Avisos en euskera, español e inglés en pantalla con todas las medidas de seguridad exigidas y avisando de una salida ordenada al finalizar cada sesión. ¡Impecable! ¡Mis felicitaciones a los responsables!
Hemos disfrutado de las películas, de unas más que de otras pues al ser estrenos mundiales normalmente, no hay críticas ni más referencia que la intuición o simpatía hacia Director, Actores y temática claro!La comida, como siempre, estupenda y al tratarse de sitios ya conocidos, no hay posibilidad de sorpresa o decepción, ¡todo buenísimo!
Entonces, además de la Covid-19 ¿qué ha hecho diferente a otras esta 68 edición del Festival? ¡La borrasca Odette!
Nunca, en todos los años que llevamos asistiendo a este festival, había hecho un tiempo tan horroroso: viento huracanado de más de 100 km./hora, unas cortinas de agua que empapaba a pesar de los paraguas (nos rompió tres paraguas), bajada de temperatura… mala suerte!
Con estas condiciones meteorológicas no hemos podido realizar nuestras excursiones, pero ni esta borrasca ni la Covid-19 han mermado el disfrute e ilusión de nuestro ya tradicional viaje anual y nos alegramos de haber tomado la decisión de ir en el último momento.
Carmen Camargo
Vocal de la Junta Directiva
Responsable de Excursiones y Viajes Cortos.
AUCTEMCOL, Asociación de Alumnos Carlos III, Colmenarejo