Universidad y personas mayores como campo de estudio
D. ENRIQUE POZÓN LOBATO.
Catedrático (jubilado)
Doctor en Ciencias de la Educación. Doctor en Derecho. Doctor en Ciencias de la Educación. Doctor en Veterinaria. Académico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes.
En la Conferencia Internacional sobre Educación celebrada en Hamburgo en Julio de 1997, se proclamó abiertamente, que la formación y desarrollo intelectual de las Personas Mayores constituye una de las claves para resolver positivamente los problemas a los que deberá enfrentarse la sociedad del siglo XXI. Una vertiente educacional la encontramos en las indicaciones de la Declaración Mundial de la UNESCO sobre educación superior en el siglo XXI, que estableció que los Centros Universitarios estuviesen abiertos a las Personas Mayores, creando oportunidades de aprendizaje flexibles y creativas.
LOS PROGRAMAS UNIVERSITARIOS DE MAYORES Y ENVEJECIMIENTO ACTIVO
Los Programas Universitarios para Mayores (PUM) han venido jugando un papel muy importante desde su creación, como herramienta eficaz y favorable para el Envejecimiento Activo, considerando al Mayor universitario no sólo como beneficiario, sino como agente activo, partícipe y protagonista del desarrollo social, cultural y científico de la sociedad en la que convive. Por ello se trabaja con el objetivo de difundir este tipo de programas y lograr que se beneficien de los mismos el mayor número de Personas Mayores, para que, de este modo, puedan ser reconocidos oficialmente y gocen de los mismos derechos que el resto del alumnado. En estas dos últimas décadas y bajo diversas denominaciones han crecido de forma notable por toda la geografía española Actualmente los Mayores en la Universidad son más numerosos en cantidad que en cualquier Facultad y Escuela Técnica y exigen espacio, infraestructura y nivel académico acorde con sus demandas.
LA UNIVERSIDAD TIENE QUE CAMBIAR
La Universidad tiene que cambiar. De ser un instrumento formativo, únicamente en un período de la vida preparando a la juventud para su incorporación al mundo laboral, debe hacer frente al protagonismo de las Personas Mayores que demandan reciclaje; actualización de conocimientos; y orientación hacia titulaciones universitarias, estableciendo por Ley, las correspondientes normas de admisión y acceso a los estudios universitarios de Grado. Y ello como consecuencia de que las Personas Mayores irán llegando procedentes de contextos distintos, con nuevas mentalidades y enfoques, con formas de pensar diferentes y con una manera de estar en la sociedad, más variada. Ello exigirá un nuevo modelo en contenidos educativos y en formas de comunicación, ofreciendo las oportunidades propias de una educación permanente, a distintos niveles, tanto reglados como no reglados.
ALTERNATIVAS DE ACTUACIÓN EDUCATIVA
Hay hechos y realidades que exigen de la Universidad la puesta en práctica de estrategias alternativas de actuación educativa, con un enfoque complementario a los actuales “Programas Universitarios de Mayores” tanto en objetivos como en contenido, con un diseño curricular diversificado. Son éstos:
Primero.- En las próximas décadas, los mayores de 50 años y los mayores de 65, en la actualidad el 18,7% del total de la población, tendrán un perfil distinto a las actuales personas de edad, tanto en niveles educativos, como profesionales, económicos y de estatus social. Estos sujetos buscaran fórmulas más atractivas y exigentes, mejor adaptadas a sus peculiares situaciones, por lo que tendrán un especial protagonismo en el mantenimiento de las estructuras universitarias regladas
Segundo.- En un futuro cercano, cada vez será menor la población entre 25 y 65 años, lo que tendrá como efecto la permanencia de las personas mayores en el mundo laboral por períodos más extensos, con empleos productivos y desarrollo personal. En consecuencia estos programas han de ser útiles para completar su formación y reciclar sus conocimientos, ayudándoles a mantenerse en el mundo laboral.
Tercero.- Un profesional del siglo XXI no acabara su relación con la Universidad una vez graduado. Tendrá que pasar varias veces por ella, a lo largo de su vida activa, para: completar su formación; reciclar sus conocimientos; o aprovechar la jubilación. Por ello hay que adaptar la Universidad al reto de la formación continua, abriendo las Escuelas y Facultades a estudiantes de todas las edades, con ofertas de calidad.
Cuarto.- Actualmente los Programas Universitarios de Mayores, no facilita el acceso directo a niveles reglados de educación universitaria, para estudiar aquello que siempre quisieron pero no pudieron por su trabajo. Sería de interés la regulación de dicho acceso, acreditando formación y preparación para cursar enseñanzas conducentes a títulos universitarios. .
Quinto.- La necesidad de promocionar y desarrollar “equipos o grupos de investigación” entre el alumnado de las aulas de mayores de la Universidad. Ello permitiría dar un salto cualitativo en la concepción de su papel, pasando de ser “objeto de investigación” como habitualmente se ha concebido, para convertirse en agente activo y protagonista de su desarrollo social, científico y cultural, participando como “sujeto” investigador.
Sexto.- Promocionar el Voluntariado Socio-Cultural como eficaz herramienta del Envejecimiento Activo, colaborando con otras instituciones o colectivos no universitarios, como Centros de Día, Residencias, Asociaciones de Jubilados y Pensionistas y Unidades de Trabajo Social; atención de situaciones de dependencia; presencia en organizaciones representativas, asumiendo mayores cuotas de responsabilidad en las organizaciones políticas, sindicales, sociales, educativas etc., dada la importante franja de estas personas en relación con el resto de la sociedad; acciones culturales y formativas relacionadas con el entorno histórico, científico y social.
Y ello desarrollando cursos monográficos impartidos en las distintas Facultades, que faciliten cauces de participación e implicación de las personas mayores en procesos económicos y social.
En este contexto de presencia, participación y protagonismo en la sociedad, es donde se enmarcan los diferentes campos y frentes de acción de Personas Mayores que se integran en actividades de voluntariado social; en programas de voluntariado cultural; participación en programas de voluntariado ecológico y medioambiental; en actividades propias del voluntariado educativo y en programas de voluntariado económico y actividades de voluntariado espiritual.
Por último personas mayores que se enrolan en proyectos de voluntariado internacional para el desarrollo de países del tercer mundo. Este potencial está infrautilizado y en gran medida desaprovechado.
CUANDO LOS MAYORES SEAN UNIVERSITARIOS POR LEY
Cuando los Mayores sean UNIVERSITARIOS por Ley, tendrán los mismos derechos y ayudas que los demás alumnos:
- Participando en decisiones, dentro de los Órganos Rectores de la Universidad en aquellos temas que les interesa como en el diseño de los Programas en consonancia con las necesidades y demandas.
- Buscando el camino junto con las autoridades universitarias, para que los Mayores tengan la posibilidad de acceder, tras realizar estos PUM, a la Universidad, como alumnos de pleno derecho, con el fin de alcanzar un Título Universitario a voluntad, y no sólo como libre oyente.
- Trabajando con los responsables de la Administración Pública y organismos responsables en el ámbito de la Formación para toda la Vida y del Envejecimiento Activo, para conseguir más participación reconocida y llegar a los órganos competentes, perteneciendo a los Consejos Sociales de las Universidades.
- Fomento de la Educación y Encuentro Intergeneracional como fuente de desarrollo social entre jóvenes, adultos y mayores, demostrando que constituye un ejemplo de acoplamiento entre grupos heterogéneos, con una proyección cívica donde la actividad intergeneracional vuelve “jóvenes a todos”.
En esta línea surge la necesidad de profundizar en la configuración de los PROGRAMAS UNIVERSITARIOS DE MAYORES, para corregir y mejorar la labor docente que la Universidad esta llevando a cabo con las Personas Mayores de 50 años